Si tu pequeño va a entrar al kínder, deben estar súper emocionados y ansiosos. Llegó la hora de separarse, lo que sin duda será un desafío que enfrentar.
Con el ingreso al colegio inicia una etapa decisiva en la vida de toda persona. Sigue estos consejos para preparar a tu hijito.
Cómo prepararlo
- Primero lo primero: explícale qué esperar del colegio. Emplea sólo pensamientos positivos y tranquilizadores, diciéndole que será una oportunidad de conocer nuevos amigos, divertirse y aprender cosas nuevas.
- Dile que ahora a él le toca asumir nuevas responsabilidades, tal como los papás tienen que trabajar. Esto lo hará sentirse grande y capaz.
- No le cuentes sobre las dificultades que tú hayas tenido, ya que no serán las suyas, ¡éstas no se heredan!
- Anda con él a la escuela de antemano y trata de que conozca a su profesora, para que no le tema.
- Cuéntale que en el colegio los niños tienen la misma edad, por lo que será diferente a la guardería. Explícale también que no todo consistirá en juegos como en ese lugar, sino que habrá más ruido y que tendrá que aprender a estar sentado y escuchar lo que le enseñe la maestra.
- No le transmitas tu estrés, ya que de seguro la separación te afectará muchísimo, tanto como a él. Mantente calmada y siempre sonriente cuando le hables.
Cómo actuar ese día
- Luego de una buena noche de descanso (acuéstense temprano), levántate tú primero con antelación, despertándolo con tiempo para que pueda tomar un rico desayuno, ponerse su nuevo uniforme y arreglar su bolso.
- Deja que el niño lleve en su mochila a su muñeco preferido y alguna golosina para sentirse motivado.
- Al llegar al colegio acompáñalo hasta la sala, preséntalo a la profesora y observa a su alrededor para ver cómo se desenvuelve en este nuevo ambiente.
- Muéstrale la pizarra, su puesto, sus futuros amigos, pero sin hacer de mensajera; es él quien debe entablar nuevas relaciones.
- No te quedes mucho tiempo, aún si llora. Dile adiós con tranquilidad y mucho amor, controlando tus propias emociones. Recuérdale que estarás en la puerta del colegio al terminar la jornada.
- En la tarde, sé puntual; debes estar ahí antes de que te divise. Así estarás fortaleciendo su confianza.
- No te desesperes por hablar con la profesora para saber cómo estuvo su día, mejor espera unos días y luego averigua si se ha adaptado bien.
- Cuando lleguen a la casa, hazle una rica merienda y pasa un rato con él. No lo fuerces a hablar, más bien, deja que la conversación fluya naturalmente. De esa manera, el colegio se transformará en una rutina normal, no en algo extraño.
- Si no se muestra muy comunicativo, no te aflijas, con el tiempo irá sintiéndose más a gusto y te comentará sus impresiones.
Inmersión gradual
Sumergirse en el mundo escolar no es algo que se haga de la noche a la mañana.
Cada día, debes estar ahí para compensar la separación, dedicando tiempo a tu pequeño y reafirmándole que ir al colegio no implica cambiar su relación. Si el ambiente en el hogar es seguro y calmado, se sentirá confiado en el colegio.
¿Y si lo pasa mal?
Un poco de llanto al principio es absolutamente normal, es más, con el paso de las semanas esas lágrimas dan paso a emociones positivas, ya que experimentan el placer de juntarse con sus nuevos amiguitos.
Sin embargo, algunos niños se ponen realmente ansiosos. Y es posible que evidencien ese malestar física o emocionalmente, ya sea con trastornos en su alimentación, problemas urinarios o de digestión, etc. Estas manifestaciones deberían remitir pronto, con el pasar de los días, a medida que se adapta a la vida escolar.
Pero si notas que la separación es muy traumática para él, o si la profesora te cuenta que está deprimido y se muestra antisocial, es mejor consultar con un especialista.
Puede que no esté preparado o no tenga las herramientas necesarias para enfrentar esta nueva etapa. Mucho dependerá de su madurez y del grado de independencia y autonomía que tenga, algo que como padres deben potenciar.