A veces como padres queremos que nuestros hijos sean los mejores en todo y los presionamos para que alcancen muchas metas, incluso la que nosotros mismos no pudimos alcanzar. Es por eso que la presión les juega en contra a los niños y comienzan a aparecer las denominadas “lesiones fantasmas”, sólo para conseguir un descanso que hasta los momentos no le habíamos dado.
A continuación te explicaremos algunos detalles sobre estas lesiones fantasmas:
Como todos sabemos, cuando nuestros hijos presentan ciertos síntomas corremos al doctor y más si se trata de algún tipo de dolor que este puede presentar consecuencia del deporte, es por ello que los médicos al no encontrar ningún tipo de lesión indagan con el niño cuál es la relación que tiene con sus padres o su entrenador, ya que los síntomas son ficticios, esto es más común de lo que parece. Por ellos es importante que los padres entiendan que a temprana edad, sólo se debe disfrutar del deporte que ellos practican y no presionarlos.
Muchos padres se caracterizan por, en vez de alentar, dar órdenes a sus hijos, a los jugadores del otro equipo y hasta al árbitro, haciendo que toda la actividad se convierta en una verdadera competencia, además esto evita que los pequeños no se concentren en el juego, además de tener un poco de miedo ya que no quieren defraudar a sus padres.
Por otra parte, si se tienen más de dos niños no debemos dirigir toda nuestra atención al que es estrella de fútbol o béisbol, porque esto perjudica al otro que tal vez no es deportista o que simplemente entendió que no era lo suyo. Los padres debemos adoptar una actitud positiva al momento que decidimos apoyar a nuestro hijo en alguna actividad, debido a que la función de todo es disfrutar del deporte y pasar un rato agradable en compañía de amigos y familiares.
No caigamos en la falta de estar presionando a nuestros pequeños, frustrándolos y hasta creándoles traumas desde pequeños, llevándolos a un nivel de estrés. Los mejor que podemos hacer es disfrutar con ellos de ese día agradable y emocionante. Celebremos con ellos sus triunfos y cuando no los tengan, orientémoslos a seguir disfrutando de su potencial como deportista y a mejorar cada día y poco a poco.