Muchas madres que optan quedarse en casa para cuidar a sus hijos son objeto de cuestionamiento de sus amigas que «trabajan» y de la misma sociedad, como si el ejercer la labor del cuidado de sus hijos en la casa fuese botar el tiempo a la basura y no realizar nada constructivo, aquí te dejamos una breve reflexion para que tomemos conciencia de este poco valorado extraordinario trabajo.
Actualmente cuesta más encontrar asesoras del hogar y niñeras, por lo que muchas mamás deciden cumplir ese rol para estar con sus hijos y ahorrarse el alto costo que vale esta labor tan sacrificada y valiosa.
Día a día las mujeres que cumplen este rol se dedican a cambiar los pañales, preparar comida y dársela, jugar y hacer actividades diarias, entre otras cosas y eso es solo una de las tantas tareas que realizan a diario.
Si se calculara todas las variables que implica realizar cada una de las actividades el estatus de las madres debería ser sumamente alto, ya que cobrar por servicio realizado es una gran cantidad de dinero.
Imagínense si cobraran por:
- Servicio de cocina.
- Servicio de lavandería.
- Tareas programáticas.
- Hacer tareas.
- Entretener.
- Cuidados de enfermera.
- Limpieza del hogar.
- Psicóloga.
- Psicopedagoga.
- Parvularia.
Además de esto, hay que reconocer que muchas de las mujeres que realizan esta linda pero sin duda, demandante labor, son profesionales que han pospuesto sus propias carreras en pos de que sus hijos se críen con su figura materna. ¿Cuántos padres estarían dispuestos a realizar tal esfuerzo de altruismo y entrega, dejando de lado, al menos por dos años sus carreras profesionales para cuidar a sus bebés?
No está de más reflexionar sobre este tema, no por una cosa monetaria, sino que debido a que nos encontramos en un sistema que todo lo cuantifica, nuestro cerebro se programa para valorar de esa forma las labores y olvida cualificar el trabajo que realizamos millones de mujeres.