Es esencial que cumplamos las promesas que les hacemos a nuestros, pues nuestro ejemplo les será de gran enseñanza en la forma en que ellos aprendan a cumplir las suyas.
Los niños son los seres más puros e inocentes de la tierra y por eso debemos tener especial cuidado cuando les prometemos algo. Para ellos, nuestras acciones pesan más que todo, por lo tanto es muy importante no contradecirnos.
Cuando los niños piden algo esperan ser tomados en serio, no ser ignorados o, peor aún, engañados. Por ello, cuando les prometemos algo debemos estar dispuestos para cumplirlo y esforzarnos al máximo en la tarea, ya que lo que promete un padre o una madre nunca se olvida y tiene el poder para crear seguridad o destruir la confianza en la relación.
Es muy común en matrimonios separados que uno de los padres no cumpla sus horarios de visita acordado o que aquello que dijeron que iban a hacer con sus hijos sea olvidado rápidamente o fue sustituido cuando les surge algo “más importante”, pero ese abuso de confianza genera rencor, un resentimiento arraigado que es muy difícil de borrar cuando se genera en la infancia.
Aunque parezca mentira el no cumplir las promesas trae ciertas consecuencias negativas en el pequeño:
- Algunos especialistas consideran que las promesas no cumplidas pueden afectar la autoestima del niño.
- El niño puede llegar a pensar que su madre no lo quiere lo suficiente como para hacer valer su palabra.
- El pequeño puede optar por tener comportamientos de rebeldía.
¿Qué hacer si no se puede cumplir una promesa?
Lo primero que debemos tomar en cuenta es que hay que hacer promesas que podamos cumplir, pues no podemos prometer algo que este fuera de nuestros alcance sólo por calmar al niño en ciertos momentos.
La promesa que no puede ser cumplida el día, la hora y la fecha planeada tiene que serle explicada al niño, debemos decirles las razones por las cuales se suspendió la salida o no pudiste llevar el obsequio. Es importante aclararle al pequeño que tendrá su premio lo más pronto posible.
Los padres pueden explicarles los factores que intervinieron para faltar a su promesa, hazlo de manera amorosa, y con el lenguaje acorde a la edad del niño.