Algo que hace difícil que tu pequeño tome decisiones, es la inhabilidad de recordar lo que sintió la vez anterior cuando tuvo que decidir qué hacer en alguna situación; por ejemplo, si le preguntas: ¿Quieres quedarte aquí con papá o ir conmigo a comprar?, ¿Qué será más divertido?, ¿Qué es lo que prefieres hacer en este momento?; para ti suena muy simple, pero para un niño pequeño puede ser algo complicado de contestar, él no lo sabe, no lo puede saber, por lo tanto duda y transcurre el tiempo hasta que alguien tiene que decidir por él, entonces ¿cómo incentivarlo a que tome decisiones?.
Aprender a decidir por sí mismo es parte de su proceso de crecimiento, con lo que tendrá que lidiar tarde o temprano. Pero para ejercitar la toma de decisiones es mejor que lo haga en escenarios en los que no tenga nada que perder, así estará más feliz y participará en una experiencia didáctica.
Por ejemplo, si le das dos dulces le debes preguntar cuál de los dos se va a comer primero, esa es una pregunta que podrá resolver sin estresarse, porque tendrá los dos dulces de todas formas y asumirá con naturalidad que puede cambiar de opinión.
Decidir con la elección de la ropa
Frecuentemente los niños pequeños tienen una opinión muy firme respecto a la ropa que quieren ponerse. Esto suele sorprender y descolocar a los padres.
Es claro que tu hijo a los 3 o 4 años de edad, aún no tiene la edad como para elegir su ropa nueva, o seleccionar las prendas que quiere llevar a un paseo, pero sí es totalmente capaz de tomar algunas decisiones al respecto.
Procura ofrecerle dos o tres conjuntos de prendas que tú consideres adecuadas para la ocasión, y deja que elija libremente entre esas opciones.
Trata de disminuir la cantidad de opciones quitando de su vista toda la ropa que de ningún modo sería bueno que usara, como la ropa fuera de estación; tampoco limites las posibilidades a sólo un par de prendas porque puede ser contraproducente.
¿Cómo puedo incentivar a mi hijo para que tome decisiones?
Tu hijo no debe acatar tus órdenes automáticamente, es mejor para él aprender a reflexionar.
No es conveniente dejarlo escoger cualquier cosa, puesto que no cuenta con la experiencia necesaria para conocer los alcances de tales opciones, y a menudo podría tomar decisiones que le hagan daño, como por ejemplo cuando quiera decidir lavarse los dientes solo una vez a la semana.
Se trata de que tu hijo practique la toma de decisiones dentro de ciertos márgenes establecidos por ti. Sería buena idea que escoja su postre entre dos frutas, o que decida si va a lavarse los dientes ahora o después de que le leas su cuento, o que elija que cuento puedes contarle.
Para él cualquier decisión que tome, por lo más pequeña que creas, será parte de su crecimiento y aprendizaje, solo debes ayudarlo orientándolo con afecto y estimulando así su autoestima.