La imaginación en los niños es ilimitada, es tan grande que pueden vivir en un mundo de fantasía, creatividad constante y transformación del pensamiento. Esto es muy útil para fomentar las habilidades que impulsarán su personalidad y confianza. Pero, ¿sabías que la imaginación en los niños tiene diferentes fases?
Mímica
Esta fase comienza desde el año de edad hasta los 3 años. El cerebro de los bebés aún no tiene idea de lo real y lo imaginario. Simplemente imitan lo que sucede a su alrededor, como expresiones o sonidos, por ejemplo, como una repetición, un perro ladrando, un gato maullando, etc.
Estas interacciones crean conexiones neuronales de por vida, lo que crea la necesidad de interactuar constantemente con diferentes sonidos como música, escuchar cuentos, hablarles continuamente y jugar con ellos ya que todas estas acciones favorecen el desarrollo de la imaginación en los niños.
Juego simbólico
Comienza entre los 3 y 6 años. En esta etapa, es normal que nuestros pequeños hablen con diferentes voces, imaginando que sus muñecos tienen vida propia. Esta fase es crucial para el desarrollo de su creatividad y de donde parten las demás fases de la imaginación en los niños.
Pensamiento abstracto
Comienza alrededor de los 6 a 10 años, donde las habilidades son mayores y la capacidad creativa está más estructurada y definida. Pueden imaginar sin tener contacto con un juguete o referencia para inventar y presentarse.
Durante el juego, es normal que creen historias de fantasía en las que comienzan a representar a cada personaje imaginario.
Ventajas de la imaginación en los niños
La imaginación en los niños tiene varias ventajas, entre ellas las que te mencionaremos a continuación:
- Comunicación y Lenguaje: Al presentarse, es más fácil encontrar nuevas expresiones, lograr elocuencia en las palabras y mejorar la expresión verbal.
- Habilidades sociales: A través de la interacción con otros, pueden desarrollar relaciones amistosas y de desarrollo social con sus compañeros.
- Resolución de problemas: Con la imaginación, los niños pueden generar procesos de resolución de problemas y desarrollar habilidades para hacer frente a situaciones estresantes y para encontrar formas y medios para resolver las dificultades que se presenten.