Antes de pensar en criar niños respetuosos, es necesario comprender que debemos educar niños respetados, esa es la clave inicial, porque tal vez, intentar que un niño de dos o tres años se comporte con respeto no es tan fácil, porque sus habilidades lingüísticas aún se encuentran en desarrollo, sin embargo, esta es la mejor edad para enseñar con el ejemplo.
No te sorprendas si al decirle al pequeño que es hora de ir a la cama, salpique y grite “¡No!” en tono de rebeldía y mirando con sus ojos juguetones. Es un poco probable que responda diciendo: “Lo estoy pasando bien en el baño ¿sería mucho pedir que me dejes jugar cinco minutos más?”. Así que tomemos estas respuesta con calma y raciocinio.
¿Qué esperar del niño a esta edad?
- Los niños empiezan a preguntarse el real poder que tienen sobre la familia y por eso, ponen a sus papás a prueba, en especial, a mamá.
- Actuar así, forma parte de su desarrollo y, a pesar de que los niños de tres y cuatro años tienen la necesidad de probar sus límites, los papás deben comenzar a enseñarles buenos modales de inmediato.
¿Qué podemos hacer?
- Mostrar respeto hacia los demás.
- Darle respeto y valor a nuestros hijos, sus opiniones y decisiones.
- Mirar al niño, pero hacerlo directo a sus ojos y decirle que lo que diga resulta interesante, es la mejor forma de enseñarle a escuchar a otros con la misma atención.
- Enseñarle a contestar de manera educada.
- El niño puede mostrar cariño y respeto por otros, usando, eso sí, buenos modales.
- Una vez que el niño tiene la capacidad de comunicarse verbalmente, puede aprender a decir “por favor” y “gracias”.
- Se le tiene que explicar que él verá más disposición en los demás de ayudarlo, cuando se comporte con educación y cuando no dé órdenes.
- Un niño, cuyo deseo sea el provocar, aguantará cualquier situación desagradable sólo para conseguir reacciones en el otro.
Establecimiento de límites
- Una de las mejores formas de mostrar respeto es siendo amable y firme al momento de disciplinar.
- Ser amable demuestra respeto por el niño y ser firme demuestra respeto por lo que hay que hacer.
- Si el niño tiene una pataleta en el supermercado y la mamá no puede controlarlo con ninguna de sus tácticas, habrá que llevarlo al auto y sentarse a leer una revista hasta que termine su rabieta.
- Luego, la mamá podrá decir con calma: “Ahora ya estás preparado para probar de nuevo”, y volver a la tienda. De esta manera, poco a poco aprenderá que una pataleta no cambia el hecho de que hay que hacer la compra.