Es normal que ciertos padres o familiares se sorprendan al observar que su hijo platique con un amigo que solo él puede ver, pero lo cierto es que los padres no deben preocuparse, no tiene nada de anormal que los niños que se encuentran entre los dos y cinco años mantengan una larga conversación con un compañero imaginario, un especialista en pediatría explica.
Juan Juanet, médico pediatra opina que: “los niños que se encuentran entre la edad mencionada pueden tener un amigo imaginario y la verdad no es un problema, este tipo de conducta aporta beneficios a su relación interpersonal, ahora si persiste después de la etapa preescolar habría que indagar”.
Los papás pueden creer que sus hijos están seguros de que ese amigo existe y desata en ellos una polémica preocupante, pero lo más increíble de todo es que aunque insistan en su existencia, en el fondo saben que son producto de su fantasía e imaginación.
¿Cómo pueden representarlos?
El amigo imaginario puede ser el osito de peluche, la muñeca o simplemente un personaje completamente invisible, al cual el niño le ha asignado un nombre propio, personalidad y rasgos físicos, en muchos casos pueden ser animales, súper héroes y seres mitológicos, lo importante es saber que el tipo de ser que defina al amigo imaginario no tiene importancia ni repercute en la salud mental del pequeño.
Aunque resulte extraño los amigos imaginarios cumplen una función en el desarrollo emocional y social del niño, y puede ser el reflejo de lo que el niño es.
