Se ha difundido mucho el “time out” o “tiempo fuera” para tratar el mal comportamiento de los niños, lo que consiste en dejar a un niño solo –pero vigilado por un adulto– de manera que piense en lo que ha hecho. El tiempo depende de la edad del niño, correspondiendo los minutos a los años del menor.
No obstante, surge la duda: ¿realmente es capaz el pequeño (de 2 -3 años) de reflexionar sobre su comportamiento y recapacitar? ¿Puede hacerlo sin la guía de sus progenitores? Muy difícilmente. Lo que los hijos requieren es el apoyo de sus padres, para que puedan calmarse y sentir que no están solos (lo que muy probablemente sientan si los dejan en una habitación por esa cantidad de tiempo, que para ellos es una eternidad).
Los niños son como todos los humanos; cuando están tristes, enojados o requieren orientación, necesitan una mano amiga que los sostenga. En este artículo te daremos alternativas para el “time out”, buscando una manera efectiva en que los niños aprendan a reflexionar sobre su comportamiento y mejorarlo.
Acompaña al niño, no lo aísles
Tu niño y tú pueden tener un “tiempo fuera”, pero juntos. Ayuda a tu hijo a reflexionar, enseñándole cómo hacerlo.
Respiren profundamente y busquen cómo resolver el problema. No son bienvenidos los gritos o malas palabras, la idea es crear un ambiente positivo en el que se castigue el mal comportamiento, pero sin hacer pensar al niño que él es malo. Por medio de preguntas, llega al corazón del pequeño, para que aprenda a manejar sus sentimientos.
Enseña por medio de títeres
Los títeres o marionetas son ideales para dar lecciones. Puedes crear un diálogo para que el niño se dé cuenta de lo que ha hecho y para guiarlo en su meditación. No esperes lo mismo de un niño de 5 años que de uno de 10. Su capacidad difiere mucho y gradualmente irá entendiendo las consecuencias de sus actos.
Instruye con dibujos
También es una buena idea hablar y dibujar sobre lo que ha ocurrido; esto permitirá calmar los ánimos y procurar una solución en conjunto.
Sea que escojas estos métodos o el “time out”, recuerda que todo tiene un propósito: enseñar a los hijos, no abandonarlos o entristecerlos, pues con tu ayuda él irá aprendiendo poco a poco el comportamiento correcto que debe emplear en cada situación de su vida. Enséñale con amor y cariño lo bueno y lo malo. Habla mucho con él y veras que será la mejor manera de mostrarle como actuar adecuadamente.