La edad escolar trae consigo infinidad de cambios en los niños, cuando comienzan esta nueva etapa en su vida la incertidumbre, miedo, ansiedad, alegría y curiosidad y un sinfín de emociones más los embarga, y esto puede ocasionarles cuadros de estrés. Al respecto, la psicopedagoga de la Red Salud UC Monserrat Sepulvéda nos da información valiosa que debemos tener en cuenta.
El separarse de los padres y otros factores como el cambio de rutina y salir de su lugar seguro (hogar), condicionan el estado de ánimo del niño, y esto les provoca ansiedad. Por eso, es necesario adecuarlo para el inicio a clases o si ya ha comenzado la escuela estar atentas a aquellas conductas que puedan indicar que el chico no se está adaptando a la escuela.
Conductas que indican que el niño no se adapta a la escuela
Es importante vigilar otras conductas durante el año escolar que podrían indicar que los niños no se encuentran bien en la escuela.
- Llorar todos los días al entrar a ella.
- Orinarse.
- Simular o presentar dolor de estómago, cabeza, náuseas y otros todos los días.
- Sentirlos desmotivados y tristes cada vez que salen de la escuela.
- Quejarse continuamente ante los padres sobre la conducta de maestros o compañeros.
- Presentar algún signo de violencia o golpe.
- Detectar baja de calificaciones sin motivo aparente.
Ante estas señales es siempre importante:
- Escuchar a los niños y niñas, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
- Hablar con profesores y directores y comentar los cambios de conducta inesperados.
- Denunciar cualquier hecho de violencia.
- Ayudarlos y orientarlos en sus requerimientos.
- Comentar con los profesores si se piensa que las tareas son excesivas.
- Estimularlos y felicitarlos ante sus éxitos y orientar sus fracasos y errores para que aprendan de ellos.
“Hay que recordar que serán muchos los años que los niños estarán en la escuela y que esa debe ser una etapa de aprendizaje saludable y placentero y no de angustia y temor. Nunca compararlos con los hermanos u otros niños. Y no olvidar que todos aprendemos en tiempos y ritmos diferentes, y que eso no nos hace ni más ni menos inteligentes”, finalizó la especialista.