Halloween es una festividad en víspera del Día de Todos los Santos, por lo que es bueno saber cómo explicarles esta celebración a los niños para que no tengan miedo. Alfonso Cox, psicólogo infantil explica sobre el tema.
Esta es la fecha donde se recuerda a todos los seres queridos que han fallecido. Pero además, en la Noche de Brujas hay disfraces e historias de terror, todo asociado a la muerte, fantasmas y espíritus, todo con la alegoría de maquillajes tenebrosos y con el dramatismo de la sangre y cuentos de vampiros.
Esto podría incidir en los niños más pequeños, que como no entienden mucho la celebración, podríasn asustarse y no comprender el miedo que les provoca.
¿Qué hacer durante la celebración?
Según Alfonso Cox, psicólogo infantil, a los niños hay que explicarles que esta fiesta es una tradición que importamos desde Estados Unidos hace algunos años, como una oportunidad para que los niños se disfracen y salgan a pedir dulces en un ambiente familiar y de diversión.
Los disfraces
“Hay que motivarlos a utilizar disfraces no sólo asociados a la muerte o los monstruos sino que puede ser cualquier disfraz que quieran. De todos modos, los disfraces de terror no necesariamente los asustarán, especialmente si el maquillaje de la cara no distorsiona mucho el rostro de la persona”, recomendó el especialista.
La excepción pueden ser los niños más pequeños, entre 1 y 4 años, quienes suelen asustarse con los disfraces por más inocentes que estos sean. “Las historias de terror asustan mucho a los pre-escolares, entonces no hay que exponerlos a éstas”, enfatizó.
En el caso de los más grandes, que les gusta asustar y asustarse, se recomienda decirle que sólo lo hagan entre pares de la misma edad, que no asusten a los más pequeños con gritos y apariciones sorpresivas, aunque para ellos sea divertido, no lo es necesariamente para los chicos. “Pero lo más importante es que para supervisar el comportamiento de los niños, siempre deben acompañarlos un adulto”, puntualizó.
¿Cómo saber si tienen miedo?
En cuanto al temor de los niños son explícitos cuando están asustados: lloran, buscan y piden compañía. En la casa se van a la cama de los papás, se ven nerviosos. En casos extremos pueden orinarse de noche o de día, cambiar de humor, estar más inhibidos, bajar las notas, entre otros.
Respecto al miedo a la oscuridad, éste es el más común y universal. “No tiene siempre una causa y se pasa solo, en la medida que los niños van creciendo. La mejor manera de manejarlo es permitir que los niños duerman con una luz tenue durante la noche”, asegura el especialista.
“Cuando aparecen síntomas como enuresis diurna o nocturna, habiendo logrado un buen control de esfínter previamente, o pesadillas, varias noches a la semana, puede ser momento de consultar con un especialista”, manifestó el experto.
