Paternidad: El lazo afectivo entre padres e hijos

Si bien, la relación de padre e hijos se puede ver afectada por discusiones y diferencias, el amor siempre permanece y es mucho más fuerte que los problemas.


A lo largo de la vida se pueden experimentar distintos tipos de amores, en distintos grados e intensidad, van y vienen, tanto en relaciones de parejas, como con amigos. No obstante, el amor de los padres por su hijo, es uno de los más fuertes, y dura para toda la vida. Claro es, que no todos los padres son quienes engendran, hay los que crían y educan con amor, pueden ser, abuelos, tíos, hermanos o personas que decidieron adoptar un niño para criarlo como su hijo.

Los seres humanos estamos genéticamente programados para crear fuertes vínculos afectivos, en especial cuando se trata de los padres e hijos. El lazo que se crea entre ambos, va sufriendo cambios a medida que los niños crecen y los padres envejecen.

Si bien, la relación de padre e hijos se puede ver afectada por discusiones y diferencias, el amor siempre permanece y es mucho más fuerte que los problemas.

El embarazo y el vínculo afectivo

Es normal que toda mamá sienta una conexión especial desde el momento del embarazo, por ello, no hay mamá que no fantasee respecto a su futuro hijo. Lo que se debe, a la liberación de hormonas que se produce en el embarazo, ya que el cuerpo prepara tanto biológica como psicológicamente a la futura mamá.

El cerebro a medida que se acerca la fecha de parto, libera una hormona llamada oxitocina, la que hace que los instintos maternales estén a flor de piel. No es una hormona exclusiva de los seres humanos, también se puede encontrar en muchos animales, y es la encargada de que la mamá sienta deseos de cuidar y estar con su bebé.

Los hombres, también experimentan un cambio hormonal semanas antes del parto, por lo que también se preparan para la llegada de su bebé. No obstante, los padres que adoptan, a pesar de no sentir estos cambios hormonales, crearan un vínculo afectivo a medida que pase el tiempo y compartan experiencias.

Cómo identificar si está presente este lazo

Tanto los llantos como todo tipo de pataleta que haga un bebé a sus padres, es una clara muestra que la relación se hace cada vez más fuerte. A medida que el lazo se fortalece y los años pasan, el cariño se transforma en el niño, pues el ahora no expresa todo lo que siente, y se debe entender como un proceso normal.

Esto ocurre, porque le da vergüenza y quiere demostrar frente a sus pares que es un niño maduro e independiente, aunque estén muy lejos de ello. Todo esto, se va nivelando a medida que pasan los años, y los niños cuando maduran, ahí no se avergüenza de demostrar abiertamente sus sentimientos a los padres.

Las expresiones de afecto pueden ser palabras, actitudes y acciones que ellos realizan para hacer sentir felices a sus padres. Por ello, es importante corresponderles cuando se comportan de esta manera, así sentirán que el amor va en ambas direcciones.

El niño a medida que crece, comienza a querer a sus padres por quienes son y no porque reciban de ellos un beneficio, la gratitud y empatía se apoderan de su ser.

Estudios señalan que los niños a medida que crecen buscan su independencia, pero jamás podrán dejar de lado el vínculo que han establecido con sus padres. Es importante tener presente que los vínculos son mucho más intensos a medida que más tiempo se logre compartir con ellos.

De esta manera se fortalecerá el amor que se origino desde que estaba en el vientre, ahora, ya no es únicamente un afecto producto de las hormonas. Ahora, tanto las vivencias, como los recuerdos, fotos y enseñanzas compartidas a lo largo de su crecimiento, harán que la solidez del vínculo sea para siempre.

Cabe destacar, tanto los padres como los hijos tienen distintas maneras y estilos de expresar su afecto, por ello no hay una regla a seguir, pero si mucho amor. Una vez ya adultos, aquellos niños, se darán cuenta de todo el afecto y esfuerzo que han hecho sus padres por él.

Más aún cuando este hijo, ahora adulto, le toca cumplir con el mismo rol, que sus padres tuvieron con él. Es solo, en ese momento que los hijos, viven y experimentan lo mismo que sus padres y por ende, su amor más se acrecienta, ya que se dan cuenta de lo complejo que es ser padres.


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