La mujer de hoy en día es aún más emprendedora, social, intelectual, trabajadora, muchas aspiramos tener una buena carrera profesional que nos permita tener estabilidad laboral y además de disponer de independencia económica, también pensamos en la pareja, la familia y sobre todo: en los hijos, la parte más importante en nuestras vidas.
Entonces, con toda esta carga social, surgen las inquietudes sobre ¿lo estaré haciendo bien? ¿Seré buena madre? ¿Estoy dejando al bebé mucho tiempo solo? Y sí, es normal tener la sensación de no estarle dedicando al niño el mayor tiempo posible. ¿Qué podemos hacer?
La figura materna, a raíz de los años sigue viéndose como el pilar fundamental en la crianza de los niños, sin embargo, los roles en la familia están ampliamente compartidos, lo que le permite a mamá y papá desenvolverse en el ámbito laboral sin dejar de dedicarle tiempo a sus hijos.
¿Cómo educar niños felices en una sociedad tan exigente?
Siempre hay tiempo: Antes y después de la jornada habitual, compartamos con los niños, es ideal preguntarles cómo les fue en la escuela o si están muy pequeños, disponer tiempo para jugar, enseñarles y aprender sobre el mundo que los rodea. Nunca es muy tarde o muy temprano, siempre que queramos podemos disponer tiempo para ellos.
Charlas diarias: La televisión, ordenador y videojuegos no son más importantes que la familia, en medio de los límites y normas del hogar, no dejemos que los chicos se vayan a sus habitaciones sin antes entablar pláticas con ellos, que refuercen su confianza, autonomía, seguridad y los ayuden en la toma de decisiones.
Educar con autonomía dentro de los límites: Desde el momento que nacen y durante su infancia y desarrollo debemos asegurarnos de la buena educación de nuestros hijos, misma que comienza en casa, por eso, debemos establecer pautas educativas, determinar qué será permitido y en qué horarios, crear hábitos en los niños desde pequeños.
No compensar el tiempo que no podemos dedicarle: Es común que los padres intentemos algunas veces tapar el sol con un dedo, y eso no es lo ideal. Compensar nuestra ausencia con regalos no es lo que valoran los chicos realmente. En el hogar, la familia debe trabajar, y los niños perciben el sentido de responsabilidad de los padres desde muy chicos.
Nuestros hijos necesitan la presencia de los padres y parte de ello la buena educación y crianza que tengan los chicos, es importante que aún cuando la rutina diaria sea muy pesada, disponer tiempo para compartir con los niños dentro y fuera de casa.