Muchos consideran que los hijos únicos son egoístas o que se creen los dueños del mundo. Pero eso no tiene por qué ser así, un hijo o hija única puede ser amoroso, interesado por los demás, generoso, y lleno de lindas cualidades. Todo depende del ejemplo y educación que obtenga.
Los padres deben ser un ejemplo y transmitir valores a sus hijos, al mismo tiempo que evitan mal enseñarlo o mimarlo en exceso desde pequeñitos.
La importancia de un buen ejemplo
Para enseñar buenas cualidades los padres deben manifestarlas. Para que no sea egoísta, el pequeño debe ver que tú también compartes tus cosas con otras personas. Dile a tu hijo que cuando uno quiere a alguien, le comparte sus cosas.
Otra manera de enseñarle es compartiendo cosas con él. Por ejemplo, deja que pruebe lo que estás comiendo, o deja un espacio para él en tu cama algunos días. Compra cosas que deban compartirse, que se constituyan de varias partes, o confites donde varios coman del mismo recipiente, como las palomitas de maíz.
Cómo lograr que compartir sea entretenido
Los niños aprenden jugando, así que aprovecha esta verdad para enseñarle a compartir a través de instancias lúdicas en las que los participantes cooperen para lograr un objetivo común y compartan las piezas o materiales.
Otra idea es planear un picnic donde los amigos compartan sus snacks y los juegos que lleven, como juegos de mesa. Los rompecabezas son excelentes para ayudar a los niños a participar junto con otros en lograr un fin común.
Cuando hagas las cosas de la casa, incluye a tu niño para que te ayude, como a regar las plantas, barrer o doblar la ropa. Estas tareas básicas logran que, sin notarlo, se aprenda a compartir.
No presiones a tu hijo, debe aprender a compartir por sí solo y debe disfrutar el hacerlo. Cuando lo logre, será ese niño o niña dulce que esperas que sea.