Acercándonos al verano y con pronósticos de altísimas temperaturas para toda esta semana, una especialista de la Universidad del Pacífico recuerda las principales precauciones que debemos tener, en especial con grupos de mayor riesgo como son los niños y adultos mayores.
Llega diciembre y con él, pronósticos meteorológicos que aseguran que pasaremos el último mes del año con temperaturas sobre los 30 grados la mayoría de los días en la Región Metropolitana. Algo que podría replicarse en los meses siguientes y a áreas más extensas de la zona central.
Con el alza de temperaturas, tanto adultos mayores como niños pueden verse afectados de diversas formas. “Uno de los riesgos es sufrir deshidratación, daño en su piel o problemas más graves como hipertermia”, comenta Patricia Fernández, directora de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Pacífico.
La enfermera pediátrica aclara que la hipertermia conlleva un aumento de temperatura corporal por sobre los 40 grados, provocando que el cuerpo no pueda responder adecuadamente, lo que puede generar daños muy graves. “Los síntomas son: dolor de cabeza, sensación de boca seca, náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares generalizados, obnubilación y, en algunos casos, pérdida de conciencia”, explica.
En particular, la especialista precisa que en el caso de los niños pequeños, estos requieren proporcionalmente 2 a 3 veces más agua que un adulto, es decir, del 10 al 15% de su peso corporal, frente al adulto que solo necesitaría del 2 al 4% de su propio peso. “Los niños, y en especial los que empiezan a caminar, tienen un mayor riesgo de deshidratación que los adultos, incluso mortal, por lo tanto es clave evitar una posible deshidratación. Y como ellos no pueden hablar, se sugiere aumentar sí o sí la ingesta de líquido”, dice categórica.
En el caso de llos bebés menores de 6 meses, agrega que “esto debe hacerse aumentando la frecuencia del amamantamiento y no mediante el consumo de agua”.
Entre las precauciones para estos grupos de riesgo, la directora de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad del Pacífico, Patricia Fernández, menciona las siguientes:
- Mantener una correcta hidratación, a través del consumo de agua o líquidos varias veces en el día, sin la necesidad de tener sed, ya que cuando aparece la sed es porque el cuerpo se está deshidratando.
- Mantener una alimentación rica en alimentos frescos, frutas y verduras verdes en especial.
- En el caso de los adultos mayores, evitar el consumo de bebidas alcohólicas ya que aumentan la deshidratación.
- Utilizar ropa suelta y preferir los colores claros. “En el caso de los niños, en épocas de calor hay que decirles a las mamás que no los tapen con mantitas cuando los amamantan, ya que el contacto con la piel ya les provee de calor suficiente”.
- A los niños menores de 1 año, mantenerlos en las horas peak de calor solo con un pañal.
- Usar bloqueador solar en todo momento, independiente de que el día esté nublado, ya que los rayos UV están presentes y dañan la piel.
- Evitar los paseos o salidas al exterior en horas de mucho calor. Se recomienda elegir horas del día más templadas, por ejemplo, en la mañana antes del mediodía o durante horas de la tarde, posterior a las 18.00 horas.
- Nunca olvidar el uso de sombreros o jockey. Y en el caso de los adultos mayores, usar anteojos con filtros UV.
- Para los adultos mayores no autovalentes, es recomendable que sus cuidadores mantengan sus condiciones de confort en ambientes aireados, ventilados, con temperatura agradable y sin mucho abrigo en caso de que se encuentre en cama, para evitar que transpire.