Dormir bien mantiene la habilidad de aprendizaje y además ayuda a desarrollar tareas motoras complejas con facilidad y destrezas, asimismo, ayuda a consolidar la memoria y reorganizar la información de los datos más importantes que se tienen en ella.
Dormir menos de 6-8 horas puede causar consecuencias graves a la salud, según revela un reciente estudio publicado en la revista Sleep, donde se estima que reducir el descanso nocturno aumenta en 12% el riesgo de muerte prematura.
¿Cuántas horas al día deben dormir los niños?
En el caso de los niños y adolescentes, especialistas en desórdenes del sueño han creado nuevas recomendaciones sobre cuántas horas al día deben dormir los menores dependiendo de la etapa de la vida en la que se encuentren. Aproximadamente entre 16 horas para los bebés y 8 horas para los adolescentes. Dormir la cantidad de horas adecuadas según la edad, ayudará a los menores a beneficiarse de forma física y mental. Si un niño duerme más de 9 horas, no perjudicará su salud, pero suele ser un indicador de alguna enfermedad seria ¡Atenta mamá!
Las recomendaciones de la Academia de Pediatría de Estados Unidos en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine.
Horas de sueño recomendadas según la edad:
4 a 12 meses = 12 a 16 horas diarias, incluyendo siestas
1 a 2 años = 11 a 14 horas diarias incluyendo siestas
3 a 5 años = 10 a 13 horas diarias incluyendo siestas
6 a 12 años = 9 a 12 horas diarias
13 a 18 años = 8 a 10 horas
Los beneficios de un prolongado sueño incluyen mejora de atención, comportamiento, aprendizaje, memoria, regulación emocional y calidad de vida en los niños, menos de edad y también para los adultos que duermen las 8 horas recomendadas al día. En caso tal que su hijo esté durmiendo muy poco o demasiado, se recomienda consultar al médico para determinar si padece algún trastorno del sueño que se pueda tratar a tiempo o antes de causar graves consecuencias.
Es importante tomar en cuenta que estas recomendaciones no aplican para los bebés menores de 4 meses porque la duración del sueño en los bebés varía mucho.