Cada pequeño es diferente y el modo de crianza depende de cada familia, por eso es normal que muchas veces se presenten algunos inconvenientes a la hora de comunicarnos o establecer una comunocación efectiva con los niños.
Cada padre y miembro del entorno debe aportar un poco de responsabilidad y aunque ningún niño viene con un manual de instrucciones, la paciencia, los valores y sobre todo los buenos hábitos harán que la comunicación en el hogar sea eficáz.
¿Qué puedes hacer?
- Cuando el niño se dirija a ti para comentarte algo, dale la misma atención que le das a los comunicados de un adulto, el ejemplo comienza en casa y ellos merecen el mismo respeto.
- No interrumpas su plática, y si tienes algo que acotar, espera hasta que él termine de hablar para que posteriormente expongas tus opiniones.
- Mira a tu pequeño cuando te habla, las distracciones que tengas alrededor pueden esperar, muestra respeto y consideración por lo que el niño está diciendo.
- Evita usar el equipo móvil, computadora o TV cuando tu hijo necesite hablar contigo.
- Por nada del mundo le des la espalda cuando habla y tampoco hagas señas de incomodidad, esto lo haría sentir mal.
- Aunque con el crecimiento los niños se vuelvan más demandantes, no enloquezcas, es importante que cuando él quiera hablarte sobre algo, tú estés dispuesta a escuchar.
- Un buen gesto es agacharnos hasta el nivel de los niños y hacerles ver la cercanía y lo importante que es para nosotros su confianza.
- Gritarles no es una buena opción, esto no permitirá que tenga una reacción positiva.
- Levantarle la voz hará que el niño pierda confianza en ti y hasta puede perderte el respeto.
- Si tienes un niño pequeño, es necesario comprender que ellos no entienden mensajes muy elaborados, por lo que debemos expresarnos de forma clara y precisa.
Desde que nacen y hasta los dos primeros años, debemos crear hábitos en los niños y la mejor opción es ser el ejemplo además de ir estableciendo normas desde muy chicos. Así que si deseas que el pequeño organice sus cosas, comienza haciéndolo e incluyelo en la actividad, canta, juega, y hazle ver lo divertido que puede ser organizar sus juguetes, él por supuesto, buscará imitar lo que estás haciendo hasta que posteriormente lo haga solo.