Para los padres un malestar de nuestro bebé es siempre un motivo de preocupación y sobre todo si no sabemos porque ocurre. Esto sucede con la diarrea infantil, que puede ser un síntoma de otras enfermedades o la mayoría son casos de infecciones gastrointestinales.
La organización Mundial de la Salud, señala a la diarrea como un trastorno que dura entre 3 a 5 días, se caracteriza con el aumento del número de las deposiciones de heces al tiempo que aparecen como caca blanda. Esto tiene otros síntomas como fiebre, dolores, náuseas, vómitos y la falta de apetito.
Esto puede provocar una deshidratación, por ello es recomendable llevarlo al médico y darle algún tratamiento.
Este problema es causado por un virus, en recién nacidos y en niños de hasta dos años por el rotavirus. No obstante, en algunos casos suele ser un parasito o una bacteria. De acuerdo a los síntomas el pediatra puede saber qué tipo de diarrea es.
Las diarreas por virus suelen presentar fiebre por debajo de los 39 grados y las deposiciones de caca blanda, casi líquida y sin olor. Las que son por rotavirus, suelen tener un proceso catarral previo. Las que son provocadas por baterías suelen tener fiebre alta, más de cinco deposiciones diarias, con heces, densa, moco y sangre.
Otra causa puede ser la sensibilidad de nuestro bebé a alimentos, antibióticos, jugos o frutas. Hay dos clases de diarrea una es la secretora, donde las bacterias elaboran toxinas que provocan la secreción activa de los líquidos y electrolitos en el intestino delgado y grueso. La otra es la diarrea por malabsorción, donde le virus o bacterias causan una inflamación en la pared intestinal.
La deshidratación es la principal consecuencia de la diarrea, esta se calcula por el peso. Si tu pequeño ha perdido más de un 10% de peso es severo y se deberá tratar con urgencia. Se debe evitar la deshidratación, y rehidratar lo más rápido a tu pequeño, luego asistir al médico para saber cómo está funcionando todo.
La diarrea infantil es un problema frecuente, pero es importante tratarla a tiempo. Además hay que tener una máxima higiene, para eso hay llevar algunas pautas como lavarse las manos antes de darle la comida a tu hijo, taparla bien y evitar que el agua que toma entren gérmenes. Lo principal es que tu bebé no tenga más dolencias.