La exposición a tanta violencia en los medios y en nuestro entorno puede influir en el comportamiento de los pre adolescentes. ¿Cómo se puede reaccionar apropiadamente a conductas violentas? Y más importante aún, ¿cómo saber si tu hijo es violento y requiere ayuda?
Presta atención a las siguientes conductas:
- Se golpea a sí mismo
- Tiene heridas o moretones inexplicables
- Se ha convertido en una persona agresiva
- No tolera que le hablen o corrijan
- Se enoja por cualquier cosa
- Amenaza o incluso ha golpeado a los miembros de su familia
Claramente, estos comportamientos no se pueden aceptar, pero se debe procurar ayudar al joven. Por otro lado, si ha intentado golpearnos, se trata de un caso de violencia grave, que requiere de atención profesional psicológica o médica.
¿Qué se esconde tras la violencia?
Un primer paso es la buena comunicación. Mientras que la rebeldía y el enfado pueden ser consideradas como conductas normales en la adolescencia, los padres deben identificar si están ante signos de violencia.
Muchos adolescentes esconden los problemas con los que se enfrentan. Puede que la conducta de tu hijo responda a un conflicto en la escuela, como el bullying o el miedo al fracaso.
Ayuda a tu hijo a liberar su frustración
Debes ayudar a tu hijo a canalizar su enojo positivamente. Esto se logra al instruirlo sobre estrategias para descargar sus emociones, como escribir lo que siente o piensa, pintar o hacer una escultura, o a través de una actividad física.
Al mismo tiempo, debes estar consciente de otorgarle a tu hijo el espacio necesario, sin asfixiarlo con preguntas o sermones. Si ves que se impacienta cuando le hablas, espera un mejor momento en que esté más dispuesto a escuchar y piensa en cómo ayudarlo.
La responsabilidad de los padres es proveer las herramientas necesarias para transformar la ira en un resultado positivo.
