Desde pequeños nos vemos expuestos a diversos mensajes respecto a la conducta sexual y el sexo, lo que puede influir en las ideas que nos formamos de adultos al respecto. Se ha señalado que el 90% de los problemas sexuales se deben a una educación sexual deficiente.
Es un hecho que la educación sexual no sólo se da al interior de casa, sino también en el colegio, con las compañías, la televisión o los medios. Por lo tanto, los niños pueden verse expuestos tanto a ideas liberales como a prejuicios concebidos tocante al sexo.
Diferencias entre sexos
La educación que se imparta mucho dependerá de tener un varoncito o una mujercita. Los mensajes respecto a los órganos sexuales y al sexo en general serán diferentes.
Es normal que en la infancia se explore el propio cuerpo y los niños se acostumbren a manipular sus genitales. En realidad, a ellos les puede resultar agradable, no en términos erótico ni sexuales, sino de un modo inocente de autoconocimiento.
Ante esto, los adultos pueden sentirse horrorizados, pensando como personas grandes, con ciertos tabús o conceptos referentes al comportamiento sexual o de higiene. Por esta razón, le dirán al niño que no se toque porque “eso no se hace” o a la niñita que “esa zona es sucia y no tiene que tocarla”.
Estas palabras pueden confundir al pequeño o pequeña, ya que no podrá entender por qué es malo hacerlo, si a él o ella le gusta explorar su cuerpo. Podría adquirir un punto de vista negativo de los genitales y pensar que el placer es algo malo. Con el tiempo, al crecer, esto podría derivar en un sentimiento de culpabilidad ante el placer, no solamente sexual, sino en todo ámbito de su vida.
Educación sexual para chicas
El evento que sin duda marca la vida de una mujer es la llegada de la menstruación. Si tienes una hija, probablemente sientas que tu niña es ahora una pequeña mujer y que debes protegerla, ya que es más vulnerable.
Esta sobreprotección se debe principalmente al miedo de un embarazo no deseado. Por lo tanto, los mensajes frecuentes que se transmiten a las jovencitas tienen que ver con que a los hombres “sólo les interesa una cosa” o que “una vez que consiguen lo que quieren, te dejan”.
De esta manera se liga al sexo con el aprovechamiento y no se toca el tema del placer mutuo, aspecto que es muy importante para una vida íntima saludable en el futuro. Lo anterior puede hacer que la mujer no quiera dar ese paso por temor a que el hombre se vaya apenas se hayan acostado.
Con el paso del tiempo la idea de la sexualidad femenina ha cambiado muchísimo, ya que antes prácticamente no se mencionaba en absoluto. Aun así, todavía existen otros conceptos poco saludables como que el sexo es una herramienta para castigar a los hombres –privándolos de éste, si se portan mal con una– o una manera de premiarlos. El inconveniente es que deja de ser un acto movido por el amor sino por la conveniencia.
Educación sexual para chicos
En este caso también puede haber una educación sexual errónea, pero en otro sentido. A los hombres se les instruye para lanzarse a conquistar al mundo femenino y dominarlo. Puede que se les diga que está bien que miren a varias mujeres o que tengan más de una “novia” a la vez.
Referente al comportamiento sexual, se les carga con la responsabilidad desde el primer momento: el juego previo, la excitación de su pareja y lograr que ésta alcance la culminación sexual. Sumado a esto, deben aprender a controlar la suya, algo que las mujeres ni siquiera se plantean.
Los hombres –a la vista del mundo– no pueden estar nerviosos ni inseguros, siempre deben tener ganas de intimar; asimismo, está mal visto tener problemas de performance.
Lamentablemente, todas estas concepciones pueden resultar en un sentimiento de inconformidad y falta de autoestima, ya que si ocurre un «fallo” en su erección sentirá que ha fracasado (y ese estrés puede influir en trastornos posteriores).
En suma, una educación sexual apropiada debería tomar en cuenta la igualdad sexual, proveer una información libre de mitos, para que tanto mujeres como hombres puedan descubrir el sexo por sí mismos, todo para el disfrute de las relaciones amorosas. Podrían evitarse muchas disfunciones y problemas psicológicos y sexológicos si se tomara en cuenta la importancia de una buena educación sexual.