¿Cómo saber si el adolescente está depresivo? Los estados de ánimo depresivos leves a los trastornos depresivos severos se encuentran entre las enfermedades mentales más comunes en niños y adolescentes.
Aproximadamente el 1% de los niños en edad preescolar y aproximadamente el 2% de los niños en edad escolar primaria se ven afectados. Actualmente, alrededor del 3-10% de todos los jóvenes entre 12 y 17 años sufren de depresión.
¿Cómo saber si el adolescente está depresivo?
En niños y adolescentes, suele ocurrir que la depresión se acompaña de otras enfermedades mentales, como los trastornos de ansiedad, los trastornos de la alimentación y el TDAH.
Síntomas:
La depresión en los adolescentes a veces no se reconoce de inmediato. Hay varias razones para esto: Es difícil diferenciar el desarrollo normal en la adolescencia de la depresión porque los cambios de humor transitorios, la irritabilidad y otros síntomas depresivos son parte de la pubertad.
¿Cómo saber si el adolescente está depresivo? Predominan otros comportamientos por ejemplo, mayor irritabilidad o discusiones frecuentes por lo que los padres, profesores y médicos pasan por alto la depresión.
Los casos individuales a veces difieren significativamente en apariencia dependiendo de la edad de desarrollo. Por temor a la estigmatización, las familias y los jóvenes suelen buscar ayuda tarde.
Según la edad, existen peculiaridades en los síntomas de la depresión:
Menores de 1-3 años:
- Parece triste
- Cara inexpresiva
- Aumento de la irritabilidad
- Comportamiento de auto estimulación, por ejemplo, balanceo del cuerpo, chuparse el dedo en exceso
- Indiferencia
- Renuencia a jugar
- Comportamiento de juego con creatividad y resistencia reducidas.
- Conducta alimentaria alterada
- Trastornos del sueño
Edad preescolar 3-6 años:
- Cara triste
- Disminución de gestos y expresiones faciales
- Fácilmente irritable, estado de ánimo inestable
- Falta de capacidad para regocijarse
- Disminución del interés en el ejercicio
- Comportamiento introspectivo o agresivo
- Cambios en los hábitos alimenticios con pérdida o aumento de peso
- Trastornos del sueño, por ejemplo, dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, pesadillas
Edad escolar:
- Informes verbales de tristeza
- Trastornos del rendimiento escolar
- Miedo a que los padres no estén prestando suficiente atención
- Pensamientos suicidas
Pubertad y adolescencia:
- Síntomas depresivos según criterios diagnósticos
- Disminución de la confianza en sí mismo
- Ansiedad, dificultad para concentrarse, indiferencia
- Interrupciones del rendimiento
- Fluctuaciones en el bienestar dependientes de la hora del día
- Quejas psicosomáticas por ejemplo, dolores de cabeza
- Actos suicidas
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico siempre debe ser realizado por un médico o psicoterapeuta pediatra, psiquiatra/psicoterapeuta de niños y adolescentes. Se aplican los mismos criterios de diagnóstico que para los adultos, pero los síntomas típicos aún no se pueden encontrar en los niños más pequeños.
Algunos de los síntomas de la depresión son parte del desarrollo normal de los adolescentes: estar irritable o retraído, aburrido o melancólico, insatisfacción consigo mismo y con el mundo.
Al diagnosticar, por lo tanto, es esencial tener en cuenta las características relacionadas con la edad. Para garantizar un diagnóstico confiable, el entorno, como padres, maestros, educadores y otros cuidadores, siempre se incluye en la evaluación.
¿Cómo saber si el niño está depresivo?: Causas
Las causas de la depresión son tanto biológicas como psicosociales. En primer lugar, existe una predisposición que puede ser genética o puede adquirirse a través de experiencias traumáticas en la primera infancia.
Esta predisposición conduce a una mayor vulnerabilidad, es decir, el riesgo de desarrollar depresión. Los desencadenantes de la enfermedad pueden entonces z. B. Estrés de la escuela, conflictos con amigos y familiares.
Sin embargo, debido a la predisposición, uno también puede caer en una depresión sin razones externas.
Visto en este contexto, la pandemia de la corona y, sobre todo, el cierre de escuelas, grupos de día y actividades de ocio, así como las restricciones de contacto, generalmente tienen un impacto negativo en el bienestar psicológico de niños y jóvenes.
- Temor por su propia salud
- Cargas familiares por ejemplo, preocupaciones financieras, agotamiento de los padres
- Cuarentena inesperada
- Influencias de las redes sociales
- El estrés de la educación en el hogar.
Por lo tanto, se puede suponer que las consecuencias de la crisis de la corona, que ya son visibles hoy, continuarán intensificándose en los próximos meses.
La educación en el hogar, las restricciones de contacto y la pérdida de importantes servicios de apoyo han dejado su huella. Los adolescentes cuyos recursos antes de la pandemia del coronavirus eran suficientes para lidiar con el estrés de la vida ahora pueden desarrollar síntomas depresivos y ser diagnosticados con depresión.
Opciones de tratamiento
¿Cómo saber si el adolescente está depresivo? El tratamiento generalmente se lleva a cabo de forma ambulatoria en las prácticas de psicoterapeutas de niños y adolescentes registrados y psiquiatras de niños y adolescentes. El tratamiento incluye:
- Información apropiada para la edad y el desarrollo para el niño/adolescente y los padres sobre la enfermedad,
- Psicoterapia con la participación de la familia y otras personas de referencia,
- En casos severos, el tratamiento farmacológico se da además de la psicoterapia,
- Intervenciones en la familia incluida la terapia familiar en su caso.
Actos suicidas
Aunque los suicidios infantiles son muy raros, se encuentran entre las causas más comunes de muerte en la adolescencia. Los pensamientos suicidas son un síntoma de depresión: En adolescentes con depresión, existe un riesgo hasta 20 veces mayor de comportamiento suicida intento de suicidio/suicidio consumado.
Los niños tienen tres veces más probabilidades de morir por suicidio que las niñas, mientras que las niñas y las mujeres jóvenes son el principal grupo de riesgo de intentos de suicidio.
Además de la enfermedad mental, un intento de suicidio previo, las experiencias con este tema entre amigos y familiares y los eventos negativos de la vida son otros factores de riesgo para la tendencia suicida. La tendencia al suicidio siempre debe tomarse en serio y abordarse.