Ser padres no es fácil, no existe un manual que nos diga cómo ser o actuar ante cada personalidad, conducta o comportamiento del niño. Queremos darle a nuestros hijos lo mejor y a veces sin darnos cuenta, cometemos pequeños errores.
El mayor desafío que tenemos los padres es educar bien a los niños, al principio nos saturamos con expectativas y planes que se van disolviendo con el tiempo, porque simplemente la paternidad no es como nosotros imaginamos.
Educar y además hacerlos felices, son dos de los objetivos principales dentro de la crianza; pero, ¿cómo hacer para no malcriarlos en el proceso?
Los niños malcriados tienen conductas notorias, por lo que podemos observar que no son chicos felices y su familia tampoco lo es. Darles una educación permisiva, sumisa o sobreprotectora, puede traer consecuencias poco favorables para el desarrollo del niño.
Señales que indican que el niño está malcriado
- Las rabietas o berrinches diarios: son comunes en los niños hasta los 2 o 3 años de edad, ya que es la manera de expresar su frustración. Sin embargo, cuando el niño se encuentra edad escolar ya tiene control de sus palabras y cuerpo, por lo que puede expresar sus emociones adecuadamente; si no lo hace, y por el contrario, tenemos un chico que nos hace berrinches por todo y en todas partes, es señal que está siendo mimado más de la cuenta.
- Se vuelve manipulador: y no solo esto, además intentan controlar las decisiones o autoridad de los padres, es decir, no siente respeto por los adultos porque no se establece diferencia entre ellos y sus coetáneos. Así que ante la negativa de sus padres, recurren a estratagemas que van desde rabietas hasta enfermedades ficticias.
- No cumple con sus tareas del hogar: se rehúsa rotundamente a colaborar o hacerse cargo de sus responsabilidades dentro del hogar.
- Comportamiento egoísta: se muestra reticente al hecho de compartir sus juguetes u objetos, pero obliga a los otros a compartir con él. Hasta los 4 años es normal que los niños jueguen paralelamente o que muestren recelo por alguno de sus juguetes de apego, pero si esta conducta persiste después de esas edad, anexando los demás factores, puede que estemos frente a un caso de niño egoísta.
- Es agresivo e insatisfecho.
- Carece de buenos modales.
- Avergüenza a los padres en público.
- Hay que implorarle u ofrecerle algo a cambio para que haga las cosas.
¿Qué debemos hacer los padres?
- Corregir la conducta a tiempo.
- Ser pacientes y evitar el castigo.
- Hablarles con amor.
- Iniciarlos en actividades grupales o deportivas.
- Respondamos a sus comportamiento con calma y amabilidad.