Muchos niños, especialmente pre adolescentes, quisieran poner un cartel en la puerta de su habitación que diga “Mi desorden, mi problema”; pero la verdad es que no se puede tolerar el que su cuarto se convierta en todo un caos, donde la ropa y la comida de quizás cuántos días se acumulen. Sabemos que las responsabilidades se dan en la medida de su edad, por eso en este artículo nos referiremos a los preadolescentes o adolescentes y cómo incentivarlo a ordenar su habitación.
Por otro lado, en la adolescencia ellos necesitan su espacio y no les gusta sentirse invadidos. Entonces, ¿cómo lidiar con el desorden de tu hijo? Para empezar, ten claro que es él quien debe hacerse cargo, no tú. Pero, ¿cómo estimularlo?
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No pidas perfección
Probablemente sueñes con que no haya ni una pizca de polvo en la habitación, pero debes ser realista. La idea es que sea un lugar limpio, pero donde pueda tener su orden particular (aunque te parezca un caos en ocasiones).
Eso sí, asegúrate de que no haya elementos que puedan causar malos olores o un desorden extremo que le impida hacer sus cosas o descansar bien.
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Espera que se dé cuenta de los resultados
Si tu hijo es desordenado, las consecuencias serán evidentes: perderá las cosas, se sentirá incómodo o albergará arañas y otros seres en ese “hábitat” especial. Ayuda al joven con palabras amables para que se motive a ordenar y limpiar.
Otra manera de contribuir a su madurez es no remediar sus problemas. Por ejemplo, si se pierde algo en su pieza o se daña, no lo reemplaces tú. Dile que él tendrá que pagar por el objeto nuevo. Así verá cuán importante es cuidar las cosas.
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Establece un límite
Al ponerle una fecha para dejar todo en orden, le demuestras que confías en él. Puedes decirle “Espero que para el viernes tu habitación esté en buenas condiciones” y luego no repetir la instrucción hasta ver resultados.
También puedes motivarlo con algo que lo anime, como “Una vez que limpies tu pieza, iremos a ver esa película que tanto quieres ver”.
Ahora, si nada de esto funciona, deberás ser más firme y dejarle claro que al ser más grande tiene que cumplir con sus responsabilidades si quiere más libertades.
