La familia y la escuela son las alternativas para hablar con los niños sobre vicios, no es fácil, pero así como protegemos a nuestros hijos de enfermedades virales y los vacunamos para que no se contagien, también es necesario hablarles sobre sexualidad, drogas, alcohol y todo lo que desencadena no tener un control sobre los vicios.
Dialogar no es solo hablar, sino escuchar, comprender y ponerse en el lugar de otro, por ello fomentar hábitos saludables en nuestros hijos es primordial, la familia es el ejemplo de los más chicos y por allí debe comenzar la educación que les brindamos, aún así, cómo hablarles sobre sexo, droga y VIH no acaba allí, se debe incluir además, el ámbito sanitario, extraescolar, comunitario y político.
¿Cuándo debemos empezar a hablar sobre los vicios y sus consecuencias?
Los pre-adolescentes
- Entre los 9 y los 12 años comienza el periodo llamado pre-adolescencia, en el que comienzan a surgir ciertas interrogantes alrededor de la sexualidad, las drogas y el Sida.
- Es importante que como padres socavemos la curiosidad de nuestros hijos sobre el sexo y les transmitamos información de manera responsable.
- Algunas cosas que ellos deben saber son: qué son las relaciones sexuales, cómo se transmite el VIH, qué prácticas deben evitar y cuáles son los peligros de las drogas.
Los adolescentes
- A partir de los 13 años comienza una edad complicada y a veces confusa.
- Los jóvenes deben saber que una de las principales formas de contagio de VIH es la promiscuidad sexual y la transmisión por jeringas de drogas contaminadas.
- También deben tener información relevante sobre los preservativos a fin de evitar un embarazo precoz.
- Asimismo, deben conocer los efectos de las drogas y el alcohol en el cuerpo y la mente, ya que bajo estas sustancias la capacidad de evitar ciertas conductas es limitada.
- Por otro lado, en esta etapa algunos jóvenes pueden verse atraídos a personas del mismo sexo, y pueden tener dudas acerca del Sida.
¿Cómo hablar del Sida con los hijos?
No es un tema sencillo incluso puede ser incómodo para ambos, pero sin embargo conversarlo permite que los jóvenes estén bien orientados y esto influye directamente en su salud y bienestar.
- Lo primero que se debe hacer es intentarlo.
- Pensemos en qué momento será oportuno que llevemos a cabo esta conversación, y luego meditemos qué sentimientos e ideas queremos transmitir sobre el sexo, el consumo de drogas o la homosexualidad.
- Lo más probable es que en esta conversación surjan otras dudas como la masturbación, los anticonceptivos o incluso alguna pregunta sobre nuestra vida sexual, no nos asustemos, lo mejor es crear un ambiente relajado que favorezca la comunicación.
- Si los padres no tienen problemas con hablar de sus sentimientos, motivarán a que los hijos hagan lo mismo.
Algunas sugerencias para que esta conversación fluya con facilidad:
– Es fundamental mantener la calma incluso si el joven dice algo que nos parece mal. Sólo así podremos guiarlos de buena manera, después de haberlos escuchado.
– Queremos que nuestros hijos nos den su opinión pero esto no significa obligarlos a contarnos todo lo que hacen.
– Si hablarás con un pre-adolescente, busca apoyo en tu pareja o algún amigo con experiencia.
– Si algún tema te parece vergonzoso o incómodo admítelo delante de tus hijos, esto los pondrá en un terreno común favoreciendo el diálogo.
– Debemos mostrar respeto por su privacidad.
– No pienses que hablar de sexo hará que tus hijos comiencen a practicarlo tempranamente, según los especialistas, los niños que están bien informados sobre la sexualidad tienen un comportamiento sexual sano cuando llegan a la edad indicada.
– Si es posible, anima al colegio o a los profesores a tener un curso de educación sexual.
– Si no sabes responder alguna pregunta de tus hijos, pídele tiempo y busca información.
– Las creencias, valores o su religión influyen en este tema.
– Fomenta conversaciones mediante el uso de preguntas como: ¿Qué sabes sobre el Sida? ¿Quién te habló de sexo?
