Cada ser humano es único, por eso, desde que nace, por mucho que se parezca a los papás, tiene su propia identidad al momento de hacer las cosas, de comunicarse, de divertirse o de relacionarse con otros.
No hay un desarrollo único y ejemplar en la infancia. Por lo mismo, la estimulación en la infancia debe ser personalizada en niños con trastornos como autismo, asperger, etc.
Estar atentos desde el comienzo ante los síntomas
Este tipo de situaciones siempre tienen un origen y éste se ubica desde la infancia. En este período, los niños irán perfilando sus personalidades y sus modos de relacionarse con otros.
Muchos niños ya irán manifestando sus gustos por determinados juguetes, por ciertos deportes, también por amiguitos. Sin embargo, algunos niños no querrán jugar con amiguitos, sino que preferirán la soledad.
Es normal que en algún momento, los niños deseen estar solos.
Pero, cuando una acción introvertida se generaliza, afecta a las relaciones sociales, así como de comunicación.
Si se vuelve habitual, puede dar paso, a grandes rasgos, a un espectro autista.
Consejos para llevar una buena relación con un hijo autista
Sirve mucho que los papás sean empáticos y se pongan en el lugar del niño y de este modo, personalizar la interacción con él.
Pero no sólo la comunicación oral es la única vía de contacto, pues la estimulación multisensorial, permite utilizar todos los canales sensoriales para llegar a él.
Si le gusta dibujar, los papás tendrían que comunicarse con él, dibujando y cuando consigan obtener su atención, deberán verbalizar lo que han dibujado.
Si lo que le gusta es hacer construcciones, los papás pueden hacerlas junto a él, pero sin invadir su espacio. De esta manera estarán captando su atención y a la vez estimulando.
Es positivo que los papás potencien la interacción en aquello que le gusta hacer haciéndolo con él o ella.
Si el niño muestra hipersensibilidad acústica, los papás tienen que evitar lugares con multitud.
Cuando le manden a hacer una determinada tarea, tienen que hacerlo mediante ordenes breves, claras y sencillas.
No deben hacer las cosas por el niño, así que si se demora en cumplirlas, le tendrán que dejar más tiempo.
Es importante que los papás respeten su orden y su ritual, o sea, si el niño prefiere guardar los juguetes de una determinada manera, hacerlo igual. De este modo, conseguirán empatizar con él y que logren hacer tareas juntos.
Le tienen que fomentar la imitación para llegar a la comunicación. A través del juego, los papás llegarán de mejor manera al niño.
Le habrán de reforzar lo que hace bien. Todo lo que al niño le resulte agradable, pueden servir de reforzadores y éstos pueden ser, entre otros:
- Comestibles: Cualquier tipo de alimento o bebida.
- Materiales: Se trata de juguetes o también, objetos; que le llamen la atención al niño, por su tersura.
- Actividad: Corresponde a actividades de ocio o también, pasatiempos. Éstos, claro, pueden ser juegos.
- Sociales: Elogios y halagos que se han de acompañar de caricias.
Entonces, si los papás logran desarrollar buenas estrategias de acercamiento a su hijo autista, la relación que tengan con él, será mucho mejor que aquélla en donde, no existe interacción entre ellos.
Todos los niños requieren de atención y de amor, por sobre todas las cosas.