La muerte marca el final de la vida y los niños son algunos de los más afectados cuando ocurre una pérdida familiar, pues son incapaces de entender por qué no verán más a una persona después de que concluya su ciclo terrenal.
Para evitar que sufran traumas cuando fallece un abuelo o tío, o en el peor de los casos alguno de los padres, es importante que los adultos conversen con los chicos para se amolden más a la ausencia de personas que, en la mayoría de las ocasiones, tienden a ser recordadas por ser cariñosas con ellos.
«Al hablar con nuestros niños sobre la muerte, podemos comprender qué entienden, qué saben y qué no saben. Podemos ayudarlos con cualquier miedo o preocupación que puedan tener, reconfortarlos y darles consuelo», explicó Cigna, portal que se insta a los progenitores a aclarar cualquier duda sobre los fallecimientos, para que los jóvenes puedan comprendan que, por duro que parezca, eso forma parte de la normalidad.
Señales de alejamiento de los niños tras pérdidas
Según psicólogos estadounidenses, los jovencitos dan señales de padecer problemas emocionales cuando no han asimilado bien una pérdida familiar, pues tienden a ser menos comunicativos.
De acuerdo con Cigna los signos que indican cuándo acudir a un especialista para tratar a un pequeño luego de ver morir a un familiar son los siguientes:
- Alejamiento. Cuando hay un deceso en el hogar, los muchachos sienten que su casa no es segura y buscan apoyo en los amigos que viven lejos de su casa.
- Inseguridad. Los pequeños no asimilan la pérdida familiar de manera veloz. Eso origina que no sepan si llolar o gritar sea lo indicado para asumir la marcha definitiva de un ser querido.
- Vulnerabilidad. Los jovencitos desean comprender el significado de la vida y empiezan a cuestionarse si realizaron algo para cumplir sus metas. La incertidumbre sobre las partidas físicas los convierte en seres con múltiples interrogantes sobre la vida.
- Culpabilidad. Algunos infantes creen que sus familiares murieron para que ellos permanezcan en la tierra, razón por la que empiezan a cuestionarse sobre la viabilidad de sus acciones, sobre todo, aquellas originaron peleas dentro del hogar y la molestia del recién fallecido.
¿Qué hacer para que los infantes entiendan la muerte?
Kids Health, espacio digital especializado en salud emocional que cuenta con el aval de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda emplear la comunicación como herramienta para que los niños puedan comprender por qué se uno de sus allegados dejó de existir.
La OPS llama a los mayores de edad a utilizar lenguajes sencillos y un tono agradable para que los chicos puedan asumir que la ausencia de la persona querida será eterna y que su muerte forma parte de las experiencias que forjarán sus personalidades.
«La imagen que tienen los niños del mundo es muy literal. Por lo tanto, deberá explicarles la muerte utilizando un lenguaje muy concreto (…) Para los chicos es difícil entender que todos lo seres vivos acaban muriendo, que esto es algo definitivo y que ya no volverán. Por eso, después de que un padre les haya explicado esto, es posible que le pregunten dónde está ese ser querido o cuándo va a volverá. Por muy frustrante que esto le resulte, continúe repitiendo con calma que el ciudadano ha muerto y ya no regresará», señaló Kids Health.
Además de los diálogos, se sugiere que los progenitores organicen actividades como ir a centros comerciales o a un sitio turístico, para que la pérdida familiar sea mejor asumida por sus descendientes que necesitan apoyo constante para superar una prueba difícil como lo es una muerte. Si esto último ocurre, los padres podrán ganarse la confianza de sus hijos y fortalecer una relación duradera, que pueda superar cualquier obstáculo incluso en momentos trágicos, algo que impedirá que los muchachos sean más retraídos e inseguros.