Sin duda te inquieta mucho cualquier cosa que afecte al bienestar de tus hijos. Pero a veces, el exceso de preocupación puede ser perjudicial tanto para ti como para el bebé, pues el el estrés u otros motivos pueden llevarte a estar intranquila. En esta nota te comentaremos algunos detalles de los que es mejor no preocuparse, para vivir más feliz.
• El desorden. Hay que tener claro que con niños es imposible tener la casa inmaculada. Aparta tiempo para ordenar, pero que esto no te impida jugar con ellos.
• No darle pecho el primer año. Si no puedes, no pasará nada. Los niños pueden desarrollarse bien con suplementos si es necesario.
• Que la ropa no combine. No te preocupes, después de todo, ¿Qué niños andan combinados todo el tiempo?
• Recoger a cada rato los juguetes. En vez de obsesionarte con eso, aprovecha de jugar con tus pequeños.
• Seguir horarios estrictos para comer. Difícilmente va a resultar todo como lo hayas planificado, así que despreocúpate.
• Que tu hijo pronto vaya al jardín infantil. La realidad es que probablemente lo extrañarás más que él a ti. Confía en que lo pasará bien.
• Tratar de agradar a todo el mundo. Es imposible que todos tus amigos o parientes estén de acuerdo con cada detalle de la crianza de tus hijos.
• Que el niño no deje los pañales cuando tú lo esperes.
• Lo que no pasa aún o sólo está en tu imaginación.
• El presupuesto. Es mejor relajarse y no desanimarse si se tiene poco o justo.
• Lo que piensan los demás de la conducta de tus hijos.
• De salir a tiempo siempre. No andes acelerada. Debes aprender a ir a un ritmo más lento y disfrutar de todo el tiempo que tengas con el bebé.
Es normal que todas las madres se estresen por ciertas cosas, pero es importante aprender a determinar las cosas que ameritan una mayor atención.