Con paciencia y perseverancia, es muy posible que los papás logren cambiar el comportamiento agresivo del niño.
Si la conducta agresiva en el niño persiste, entonces, los papás debieran pedir ayuda psicológica. El tipo de tratamiento dependerá de lo que se diga en la evaluación correspondiente. Así, como primer paso, se identificarán las causas y reacciones del niño ante la frustración y aquello que gana siendo agresivo.
La importancia de los papás en el proceso
- El rol de papás es fundamental, puesto que ésta corresponde a una conducta aprendida por el niño.
– En ningún caso deben recurrir al castigo físico, ya que sus efectos son absolutamente negativos para el pequeño.
– Esto, debido a que el niño tenderá a imitar la agresividad, al tiempo que aumenta su ansiedad.
– Con paciencia y perseverancia, es muy posible que los papás logren cambiar el comportamiento agresivo del niño.
- Trazado de planes o procedimientos a seguir.
– No obstante, no son éstos los únicos elementos a considerar en la solución del problema, puesto que se hace necesario que se lleven a cabo determinadas estrategias.
– Los estudios señalan que para facilitar el trabajo de los papás, éstos deben seguir un plan.
Algunos, serían éstos:
- Identificar el tipo de conducta. O sea, determinar qué está realizando exactamente su hijo. Vale decir, deben señalar con claridad si el niño patalea, grita o expresa su agresividad de otra manera.
- Apuntar diariamente en una tabla, y durante una semana, cuantas veces el niño aplica la conducta de agresividad. Tendrán que anotar la causa del comportamiento.
- Asimismo, deben anotar en qué instancias, los ataques agresivos tienen mayor ocurrencia.
- Deben elegir un objetivo, por una parte, debilitar la conducta agresiva y por otra, reforzar respuestas alternativas deseables que tenga el niño o bien, la enseñanza de habilidades sociales.
La importancia de los modelos
– Existen algunas condiciones que le brindan al niño consecuencias gratificantes para su conducta agresiva.
– Así, en el patio del colegio, el niño sabe que, si le pega a sus compañeros, éstos le darán lo que él quiera.
– Disminuir el contacto del niño con los modelos agresivos. Aquí, le mostrarán a su hijo otras maneras para darle solución a los conflictos cómo el diálogo, el razonamiento, etc.
– Entonces, si el niño se da cuenta que sus papás tratan de arreglar problemas, en forma tranquila, imitará esta manera de actuar. Buena idea es que recompensen a su hijo cuando éste realice un juego cooperativo.
Poner en marcha el procedimiento
– Una vez que los papás hayan establecido el procedimiento a seguir, tendrán que ponerlo en práctica. Ya, con puesto en práctica el procedimiento, no deben olvidar el lápiz y papel, aunque parezca obvio.
– Es importante contar con estos elementos, puesto que, con ellos, anotarán la frecuencia con la que el niño realiza la conducta agresiva.
– Deben informar del plan elegido a todos los adultos que formen parte del entorno social del niño.
– Si existe algo muy importante que los papás siempre tienen que recordar, es el mantener una actitud relajada y positiva.