No existe ningún niño que en algún momento no se resista para hacer sus tareas del colegio. ¡Es normal! Lo delicado de esto es que, si bien esta labor podría ser un momento agradable, termina en peleas, castigos y enfados. ¿Cómo lograr que mi hijo haga de buena forma sus tareas cotidianas?
Para lograr que este momento sea grato se debe tomar en cuenta ciertos factores importantes, como crear ciertas rutinas y entornos amigables, tratando de acompañar y alentar a los hijos mientras realizan las tareas , y así poder revisarlas junto a ellos cuando la han terminado.
Existen aspectos positivos, por lo cual los padres debería saber el grado de importancia que es realizar los deberes con sus hijos, como ayuda esto a crear hábitos de responsabilidad y disciplina. Además, refuerza la concentración y permite fortalecer lo aprendido durante el día en clases.
La pregunta más común que se hacen los padres es ¿cómo ayudarlo a hacer sus tareas de forma entretenida? A continuación, te dejamos algunas ideas.
Fijar un momento del día: Lo importante aquí es fijar un horario donde estén los dos, padre e hijo. Una vez elegido el momento para realizar las tareas, se debe cumplir. Esto ayuda a crear hábitos de estudio y disciplina y al mismo tiempo ayuda a evitar discusiones. Lo más recomendable es que sea temprano, después de un rato de distracción tras volver de la escuela. Cuanto más tarde se haga, el niño estará más cansado y tendrá menos ganas, le costará más y los resultados serán peores. Y si los padres trabajan y llegan muy tarde, fija este método con la cuidadora del hogar.
Ten los materiales necesarios: Tu hijo debe disponer de materiales las herramientas básicas como papel, lápices y un diccionario para hacer sus deberes del colegio. Debes estar atento a que no le falte nada.
Demuestra interés por sus tareas: Cuando tu hijo te pida ayuda, oriéntale, pero no le ofrezcas la respuesta. Si le das todo hecho, él aprenderá que cuando tenga una dificultad solucionarás el problema por él y eso no es bueno ni para él, ni para ti. Demuéstrale tu interés en colaborar en sus deberes y dale importancia a la realización de sus tareas.
Hagan la tarea más difícil primero: ¡Organízalo! Para que haga primero las tareas más difíciles, reservando las más fáciles para cuando esté más cansado.
Incentívalo: Busca siempre lo positivo y evita las críticas negativas. Si el niño se siente frustrado e incapaz, su dificultad aumentará y perderá el interés de superarse y los deberes se convertirán en una pesadilla.
Realicen un descanso: Cuando notes que tu hijo está cansado, proponle un alto de diez minutos. Así podrá volver con más energía para realizar sus deberes.
Revisa sus tareas: La corrección siempre debe comenzar por destacar lo positivo: las cosas que el niño ha hecho bien, los avances y mejoras que se manifiesten. Esto animará al niño para seguir adelante. Luego será el momento de mencionar los errores cometidos, sin dramatismos ni exageraciones, ya que son faltas que se pueden corregir.
Prémialo: Recompensar a tu hijo por su esfuerzo cuando hago le ha costado y ha puesto su máxima dedicación, es sumamente necesario. Puede ser con un evento especial los fines de semana. Sin embargo, distinto es, cuando la premiación pasa hacer un cambio de que el niño haga sus tareas, por el simple hecho de que tiene que hacerlas. Una oferta de este tipo corre el riesgo de que la situación se desnaturalice y el premio se convierta en una especie de «soborno». Lo más apropiado es que las motivaciones y los incentivos sean premiados producto del esfuerzo realizado, más que por el deber.