La educación de los niños es una responsabilidad de los padres, todo lo que ellos puedan hacer para inculcar valores y conductas positivas será un favor para que esa personita que tanto quieren pueda desenvolverse de forma adecuada en el mundo que le está esperando, sobre todo si se encuentra en la etapa preescolar.
Los padres deben aplicar ciertas normas o estrategias desde el nacimiento del bebé, pero hay que tomar en cuenta que estas normas no pueden ser percibidas por el niño como una imposición de sus padres, el niño tiene que comprender qué hay detrás de cada norma y siempre que sea posible, ser parte responsable de su creación.
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¿Cómo hablar con mi hijo sobre las reglas?
Los padres deben sentarse a dialogar con su niño sobre ciertas pautas de comportamiento que deben de cumplirse en el hogar, el supermercado o escuela, haciéndoles entender los efectos positivos que deja una buena conducta no solo en los padres sino también en él.
Estas conversaciones deben ser acordes con la edad de los niños, no será lo mismo establecer reglas para un niño de tres años que para uno de 10, porque por lo general las responsabilidades y acuerdos irán cambiando con el crecimiento del niño.
Límites y disciplina
- Hay que enseñarle a separar los sentimientos negativos de la acción a través del diálogo.
- Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas, sin gritos ni golpes.
- Tienen que saber lo que ocurre si no hace lo acordado, por ejemplo, debemos dejarle claro que después de jugar tiene que colocar cada cosa en su lugar.
- Es importante que el niño y también los padres comprendan que sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas y ante ellas siempre hay que fijar límites, porque hay conductas no apropiadas que pueden causar un efecto negativo y otras que no.
- Si se niega a ir a la escuela los padres deben explicarle de manera lógica por qué debe asistir, la idea es que entienda que no es el único que se levanta temprano.
- Si tu pequeño después de establecer normas presenta un cambio de conducta favorable, los padres pueden premiarlos con pequeños detalles.
Si le exiges a tu hijo que no diga groserías lo más apropiado es que como mamá o papá tampoco lo hagas. En las reglas o acuerdos que se les establecen a los niños debe haber siempre una congruencia lógica, de tal forma que cada vez que se realice un mal comportamiento el niño vea las consecuencias por parte de los padres, recordemos que se educa con el ejemplo.