Cuando tu hijo se enoja, puede que parezca imposible lidiar con él. En esta nota te contaremos algunos truquitos para tranquilizarlo y colaborar en la tarea de controlar sus sentimientos.
- Fuera los gritos
Si le gritas al niño cuando está enojado, le enseñas a gritar para demostrar sus frustraciones. En realidad, al hacerlo, se refuerza el enfado. En vez de dejar salir tu ira, controla tus emociones y dale el ejemplo.
- Transmite serenidad
Intenta encontrar la calma para que el niño se tranquilice. Recuerda que el pequeño necesita de tu guía para canalizar sus sentimientos y dar un viraje a su comportamiento.
Al estar calmada y ser razonable, transmitirás esas actitudes al niño, el que podrá equilibrarse emocionalmente.
- Evita la actitud desafiante
Más que un reto, el niño necesita serenidad de tu parte. Si ves que necesitas desafiarlo cuando se porta mal, quizás debas auto-examinarte para entender tus razones. Busca la manera de llegar a una solución y a un balance interior.
Pueden serte útiles las técnicas de relajación a través de la respiración o la meditación.
- No trates de razonar con el niño si está con una pataleta
En esos momentos, el niño está cegado por su rabia y no escuchará tus argumentos. Para empezar, enfócate en tranquilizarlo y cuando esté calmado, pídele que te explique por qué está enojado. Luego podrás razonar con él.
- Castiga su mala conducta, no su enojo
Ten en cuenta que todos nos enojamos y los niños no saben cómo controlar o regular su enfado. No le des a entender que no debe enojarse, sino aprende a reconocer qué cosas le desagradan o incomodan para que puedas remediarlo.
Si el pequeño hace algo malo mientras tiene una rabieta, como tirar algo al suelo o golpearte, indícale que el reto o castigo tiene que ver con lo que hizo, no con lo que siente.
Recuerda tener paciencia, pues con ella ayudaras aun más a tu hijo y poco a poco irá aprendiendo a controlar sus emociones. Con tus palabras llenas de amor y cariño le darás las herramientas necesarias para mejorar su comportamiento en un momento de rabia.