Hace unos años se puso de moda el término bullying, parecía ser algo nuevo que les pasaba a los niños de hoy en el colegio. Pero este anglicismo no señala más que el acoso escolar que han sufrido, sufren y sufrirán algunos niños en el colegio.
Por acoso escolar se entiende cualquier forma de maltrato físico o psicológico que se sufre de forma reiterada en el centro educativo. Normalmente al hablar de acoso se tiende más a la parte emocional, insultos, burlas, menosprecio es lo habitual en estos casos. La agresividad física estaría enmarcada en el término violencia escolar.
Edad más frecuente para el acoso escolar
El colectivo más afectado es el de los preadolescentes de entre 10 y 13 años, se sienten intimidados, acosados, por otro compañero que ellos consideran superior a él. Esto provoca que las víctimas de acoso sientan terror a la hora de asistir a la escuela, estén tristes y aislados y tengan pensamientos negativos que en los casos más extremos pueden ser suicidas.
Esta problemática se ha puesto de manifiesto en los últimos años, pero todos podemos recordar de nuestra etapa escolar a determinado niño que era constantemente machacado por otro, con la complicidad y el silencio de los demás. Era el niño gordito, el empollón, el tímido… Ni el resto de alumnos ni muchas veces los padres, actuaban para evitar estas situaciones, era algo que formaba parte de la vida.
Hoy sabemos que se debe actuar ante estas conductas. Además, la evolución de la sociedad ha creado nuevas fórmulas de acoso, ya no solo se insulta a un niño, se graba en móvil y se enseña a todo el mundo, ya no solo se le molesta en clase, se le acosa mediante email, Tuenti o Facebook. Si las consecuencias del acoso hace dos décadas eran negativas, al menor siempre le podía quedar el consuelo de que quedaba en un ámbito privado, hoy llega a todo el mundo.
El acoso escolar tiene consecuencias muy perjudiciales para el niño
Los que piensan que estas situaciones acaban pasando y que el niño se recupera cuando cambia de centro o encuentra nuevos amigos, deben saber que las consecuencias del acoso son mucho mas perjudiciales para el niño de lo que se cree. Sufren de una baja autoestima muy negativa en una etapa tan importante como la adolescencia, piensan que no valen nada y no se valoran, los cuadros de ansiedad y depresión son habituales y muy peligrosos en estas edades. El rendimiento escolar suele caer y como consecuencia se produce fracaso escolar. Hay trastornos psicosomáticos y emocionales, un niño alegre y optimista puede cambiar radicalmente y no volver a ser nunca como antes.
El papel de padres y educadores es básico a la hora de detectar una de estas situaciones. Ante cualquier cambio en el comportamiento o la actitud del menor habrá que estar alerta y intentar actuar lo más pronto posible. Al tratarse de un problema que se da fuera de casa el trabajo de padres y profesores debe ser conjunto, y no solo de los padres del niño acosado, también deben implicarse los del niño acosador, ya que su comportamiento es fruto de un problema más profundo que se debe analizar para evitar estos patrones de conducta.