Entendemos por abuso sexual infantil, la conducta en la que una niña o niño es usado sexualmente por una persona con la que tiene relación asimétrica, en desigualdad respecto a la edad, madurez y fuerza. Este es un problema universal que no distingue cultura, religión, o sociedades, e interfiere directamente en el desarrollo evolutivo del niño y además puede dejar secuelas de por vida.
Describe el Servicio Nacional de Menores que “el abuso sexual infantil es el contacto o interacción entre un niño o niña y un adulto, en el que es utilizado(a) para satisfacer sexualmente al adulto. Pueden ser actos con niños o niñas del mismo o diferente sexo del agresor”.
Existen varios tipos de abusos y es importante que como padres o cercanos al menor los reconozcamos a todos como delitos.
- Abuso sexual propio: Es una acción que tiene un sentido sexual, pero no es una “relación sexual”, y la realiza un hombre o mujer hacia un menor. Generalmente consiste en tocaciones del agresor hacia el niño(a) o de estos al agresor inducidas por el mismo.
- Abuso sexual impropio: Es la exposición a niños y niñas a hechos de connotación sexual, tales como:
- Exhibición de genitales.
- Realización del acto sexual.
- Masturbación.
- Sexualización verbal (hablar de temas de connotación sexual).
- Exposición a la pornografía.
- Violación infantil: Es la introducción del órgano sexual masculino en la boca, ano o vagina de una niña o niño menor de 14 años. También es violación si la víctima es mayor de 14 años y el agresor hace uso de la fuerza, intimidación, aprovechándose de que se encuentra privada de sentido o es incapaz de oponer resistencia. Asimismo, será violación si la introducción de realiza en una persona con trastorno o enajenación mental.
Señales de alerta
- Dolor o molestias en el área genital.
- Infecciones urinarias frecuentes.
- Cuerpos extraños en ano y/o vagina.
- Retroceso en el proceso de control de esfínter, es decir, se orinan (enuresis) y/o defecan (encopresis).
- Comportamiento sexual inapropiado para su edad, tales como: masturbación compulsiva, promiscuidad sexual, exacerbación en conductas de carácter sexual.
- Se visten con varias capas de ropa o se acuestan vestidos.
Cómo reconocer el abuso sexual infantil
Será necesario observar con mayor detenimiento la conducta de los niños y sus cambios:
- Cambios en el rendimiento escolar.
- Dificultad en establecer límites relacionales tales como desconfianza o excesiva confianza.
- Huidas del hogar.
- Retroceso en el lenguaje.
- Trastornos del sueño.
- Desordenes en la alimentación.
- Hiperactividad.
- Autoestima disminuida.
- Trastornos somáticos (dolor de cabeza y/o abdominal, desmayos).
- Ansiedad, inestabilidad emocional.
- Sentimientos de culpa.
- Agresión.
- Conflictos familiares.
- Intentos de suicidio o ideas suicidas.
Si un niño te comenta haber sido víctima de un abuso, si un niño habla del abuso sexual, si dice que alguien lo tocó o le dijo que hicieran tal cosa ¡créele! No lo trates de mentiroso, fantasioso o enfermo. Busca ayuda lo antes posible, y verifica que es lo que le pasa, si tomamos medidas oportunas podremos hacer algo por recuperar su inocencia y vida sana futura.