Como mamá de seguro quieres que tu hijo sea colaborador en casa. Está bien que le enseñes desde pequeñito, pero ten en cuenta algunas equivocaciones que podrían lograr justo lo contrario.
- Subestimarlos por su edad
Aun siendo chicos, los niños pueden aprender a limpiar. Pero todo a su ritmo. Las cosas no quedarán impecables, pero se sentirá feliz al ayudarte.
- Asignarles una tarea muy difícil
Si le pides que haga algo que está fuera de su capacidad, sólo lograrás frustrarlo. Como consecuencia, odiará las labores domésticas.
- Exigir perfección
En ningún caso podemos esperar que el pequeño limpie incluso mejor que tú. Tampoco podrá hacerlo igual, pero lo que debes valorar es el esfuerzo, no lo bien que lo haya hecho.
- No ofrecer ayuda
Ninguna persona nace sabiendo mover una escoba. Así que cuando enseñes a tu hijo, recuerda ir paso a paso, y deja que realice solo aquellas actividades que domine bien.
- Transmitirles mensajes negativos sobre sí mismos
Nunca le digas a tu hijo que hace todo mal o que es un tonto por no entender tus instrucciones. Tampoco termines tú lo que está tratando de llevar a cabo. Es mejor que, como ya se planteó, le ofrezcas ayuda hasta que aprenda bien.
En resumen, hay que enseñar con paciencia y felicitar cada esfuerzo y pequeño logro que alcance. Todo es parte de una buena comunicación entre madre e hijo, háblale pero deja también que él se exprese, pues es importante que sepas como se siente al momento de hacer alguna tarea de la casa, permítele además hacer sugerencias en las labores que está realizando, esto hará que se sienta bien y tendrá más ganas de ayudarte. Intenta también realizar algunas Juntos para que además de ayudarte tengan tiempo para compartir.