Acostar a los niños: un reto diario. Hay algunos errores que cometemos inconscientemente. Corregirlos puede ayudar a que sea más fácil.
Acostar a los niños
A veces, parece que nuestros hijos nunca se quedan sin energía. Se levantan temprano y pasan todo el día jugando y divirtiéndose. Y en ese momento, cuando es hora de irse a la cama, deciden que no es suficiente. Te diremos cómo se vuelve más fácil el procedimiento diario de «acostar a los niños» y qué debes tener en cuenta.
¿Llevar a los niños a la cama es un reto para ti? ¡No estás solo!
Si tú también sientes que tu hijo nunca se cansa, entonces es hora de repensar y deshacerte de los viejos hábitos que le impiden conciliar el sueño. E incluso para los padres de niños somnolientos, hay momentos en los que parece imposible llevarlos a la cama. ¡Pero el diario “acostar a los niños a la cama” se puede aprender!
Dormir lo suficiente es fundamental para el desarrollo saludable de nuestros niños, ya que durante el sueño el cuerpo se regenera y recibe nueva energía para el día siguiente. Dormir bien mejora el rendimiento de la memoria y aumenta la capacidad mental y física.
Los estudios han encontrado que la falta de sueño en los niños a menudo también tiene que ver con los padres. Estos estudios del sueño en niños sugieren que algunos padres son los responsables de impedir que sus hijos puedan conciliar el sueño.
5 situaciones a evitar antes de ir a la cama
- La falta de una rutina: ¡hay que practicar la hora de acostarse!: Muchos padres piensan que a medida que los niños crecen, ya no es necesaria una rutina nocturna. Pero los rituales a la hora de acostarse son una forma esencial de ayudar a tu hijo a aprender hábitos de sueño constantes y efectivos. Es mejor introducir actividades que ayuden a su hijo a relajarse. Algunas sugerencias incluyen tomar un baño tibio, dar un masaje corporal o rascarse la cabeza. También puede atenuar las luces y leer una historia. Tu hijo se calmará, se relajará y, como resultado, se dormirá más rápido y profundamente durante la noche.
- Acostarse tarde: Los niños de entre 3 y 7 años deben dormir al menos 9 o 10 horas. Esta es una de las razones por las que los pediatras insisten en una rutina nocturna. Nos permite programar horarios y actividades a realizar antes de dormir. Si tu pequeño no duerme lo suficiente, es más probable que esté huesudo y somnoliento durante el día. Es importante tratar de acostar al niño antes de las 9 p.m. Esto debe convertirse en un hábito permanente para que el cuerpo del niño pueda adaptarse a él. Con continuidad, su reloj interno querrá dormir cuando sea la hora de acostarse.
- Sobreestimulación en la cama: En esta nueva era tecnológica, muchos adultos se han acostumbrado a llevar sus teléfonos celulares a la cama. Si ese es tu caso, debes dejar de hacerlo de inmediato. Lo mismo ocurre con tu hijo. También es un no ir a ver la televisión antes de acostarse, especialmente a un volumen alto. Todos estos hábitos distraen y mantienen a su hijo entusiasmado. Crea un ambiente tranquilo y agradable que permita que tu hijo se relaje. Luego vendrá el sueño.
- Dejar que tu hijo se duerma en la cama de los padres: Esto debería ocurrir lo menos posible. Cuando los niños se acostumbran a quedarse dormidos en la cama de sus padres, no aprenden a dormir solos. No se acuestan entonces hasta que mamá o papá están a su lado para dormirse. La mejor manera es crear la rutina nocturna en la cama del niño. Lleva a tu hijo a la cama y dile cosas cariñosas allí para que se sienta seguro y protegido.
- Falta de constancia a la hora de llevar a los niños a la cama: Como padres, es nuestro trabajo crear buenos hábitos para nuestros pequeños. No se puede dar un pedido un día y olvidarlo al día siguiente. Lo decisivo no es cómo llevas a tus hijos a la cama, sino que siempre seas consecuente con todo el proceso.