Si quieres apoyar a tus hijos para que hagan sus tareas escolares en un modo “zen”, sigue estos tips:
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El momento adecuado
Lo primero que debes averiguar es qué momento es el ideal para tu hijo. Mientras que algunos niños prefieren hacer las tareas apenas llegan del colegio, otros rinden mejor en la noche, justo antes de ir a la cama. Lo importante es que en casa el estudio puede ser más libre, no tan estructurado como en la escuela. Conversa con tu hijo para saber qué horario escoge y prueba qué da mejores resultados para él.
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Delimita el tiempo
Los especialistas indican que los alumnos de primaria deben dedicar media hora a las tareas; los de secundaria, una hora; y los de bachillerato, una hora y media. Si tu hijo no logra terminar en ese tiempo, tendrás que fijarte en cómo lo ha utilizado; quizás se ha distraído o tenga problemas para concentrarse. No se aconseja exceder el tiempo señalado; más bien, se puede buscar ayuda con un tutor para determinar las dificultades que tenga el pequeño. Es ideal que los padres ayuden a sus hijos a planificar sus deberes semanales para que abarquen todo lo exigido.
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Un espacio de trabajo
El lugar donde se estudia debe ser idóneo, libre de distracciones como ruidos de la televisión, teléfonos o computador. También debe ser cómodo y tranquilo. Asimismo, el escritorio o mesa de trabajo debe estar ordenado y los útiles que necesite deben estar a la mano para utilizarlos.
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La motivación es clave
Es fundamental estimular al niño a aprender, reforzando los comportamientos positivos. Es posible recompensarlo no sólo verbalmente, sino también con premios que estimulen la auto-motivación. Al cabo de unos días, el pequeño dejará de necesitar las recompensas y podrá sentirse motivado a hacer sus labores por sí mismo.
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Aprender jugando
No es un secreto que el aprendizaje es más agradable cuando se realiza jugando. Es tarea de los papás ser ingeniosos para que las tareas se conviertan en una instancia de entretención y descubrimiento. Utilicen juegos para mejorar la atención y memoria del niño.
Si a pesar de todos estos esfuerzos las tareas escolares siguen siendo un desafío para los papás, pueden pensar en buscar un apoyo extra, como un profesor particular. También se puede buscar algún tipo de reforzamiento en el colegio después de clases. La idea es que el niño no se sienta agobiado y puedan disfrutar mutuamente de su relación una vez que llegue a casa.