Desde que te conviertes en madre, empiezas a comprender que esa pequeña personita que acababa de llegar al mundo pasa a ser tú prioridad número uno en la vida. Ese mismo sentimiento se renueva si llegas a tener un segundo o tercer hijo. Esta vivencia, y estoy segura que muchas mujeres comparten, pero es absolutamente respetable que no todas las madres lo sientan así.
En ese sentido, me ha llamado mucho la atención las declaraciones que ha hecho Amber Doty, madre de dos niños, en un artículo titulado Putting Your Husband First en el que afirma que su marido es su prioridad, situándolo por delante de sus hijos.
Pero dejemos que se extienda. No es que quiera más a su marido que a sus hijos, o que no les atienda, sino que prioriza la relación con su pareja en pos, según ella, del beneficio familiar. Lo explica así:
«Aunque entiendo la posible transitoriedad del matrimonio frente a la unión indisoluble entre madre e hijo, considero que la inversión que hago en la relación con mi marido es algo beneficioso para nuestra familia en su conjunto. Dar prioridad a las necesidades de mi marido disminuye las probabilidades de divorcio y aumenta la posibilidad de que nuestros hijos vivan en un hogar con dos progenitores»
¿Es egoísta priorizar a la pareja?
Cuando se pasa de ser sólo una pareja a ser padres todo cambia. Ahora somos dos personas embarcadas en un nuevo proyecto: la familia, y cuya prioridad número uno pasan a ser esos pequeños seres que hemos traído al mundo.
No creo que se deba poner necesariamente a la pareja por delante de los hijos para que la familia funcione en armonía. Más bien, son el propio padre y la madre quienes ceden ese espacio prioritario a los hijos, porque ellos pasan a ser lo más importante. Niños pequeños a quienes cuidar, educar, acompañar, apuntalar, enseñar… (qué os voy a contar).
Que el hombre o la mujer se sientan merecedores o dadores de ese espacio de privilegio por delante de los hijos, me parece, sinceramente, egoísta para los hijos.
Con esto no quiero decir que cuando nace un bebé los padres se olviden de ser pareja. Es sano y necesario que el hombre y la mujer (en este caso) busquen sus propios espacios y alimenten su relación de pareja. Eso, por descontado. Pero si por el motivo que fuese la pareja no funciona, ambos seguirán siendo padres y los hijos seguirán siendo prioridad siempre.
¿Si damos prioridad a los hijos se vuelven egocéntricos?
Una afirmación de la autora del artículo es que priorizar a los hijos les convierte en personas egocéntricas. Me recuerda un poco al «no lo cargues tanto en brazos que lo malacostumbras».
«Se los voy a aclarar: si nuestros hijos son nuestra única razón de ser, crecerán y se convertirán en personas egocéntricas que no entienden el significado de dar o compartir su tiempo o sus cosas. ¿Acaso no tenemos ya suficientes personas así en nuestra sociedad?Pedir a nuestros hijos que esperen un minuto o decirles que no, no les va a herir su autoestima. Mostrarle amor y aprecio a nuestra pareja, no les va a causar daños psicológicos. De hecho, es más bien todo lo contrario. Al hacer de nuestra pareja, o de nosotros mismos a veces, nuestra prioridad, estamos enseñando a nuestros hijos a respetar a los demás y a respetarse a sí mismos. Presenciar el apoyo y el cariño que se dan los padres puede que les inculque a los niños sentimientos de paciencia y compasión. No veo qué hay de egoísta en eso. De hecho, me parece una excelente forma de crianza».
Mujer, esposa y madre ¿en ese orden?
Amber continúa explicando por qué ha decidido poner a su marido por delante de sus hijos:
No hablo de tomar el próximo vuelo a París o meterse a una clase de cocina mientras tu hijo está en el escenario del colegio el día de su graduación, pero, ¿qué hay de malo en dejar a los niños con la abuela una noche? Eso no te convierte en un mal padre.Valorar a nuestra pareja, querer a nuestros hijos y encontrar tiempo para nosotros mismos es parte de un matrimonio saludable y una familia feliz. Si queremos construir algo, necesitamos bases fuertes, y este es el motivo por el que se debe poner la relación con el marido por delante de los hijos. Como padres, nuestros objetivos de futuro incluyen la felicidad, la salud y la independencia de nuestros hijos, y quizás también una casa en la playa. Como pareja, esperamos poder evitar los momentos en silencio mirándonos el uno al otro en la mesa de la cocina, sin confiar el uno en el otro aunque nos hayamos casado hace 50 años. Y, como mujer, llevar con orgullo los títulos de Esposa y Madre, pero me niego a perder mi identidad; antes de casarme y de tener hijos, era simplemente yo misma.
Estoy de acuerdo en algunos de sus razonamientos. No, no te convierte en mal padre dejar a los niños con la abuela una noche. Si, es muy importante encontrar tiempo para la pareja, seguir confiando el uno en el otro y construir bases fuertes en la pareja para poder sostener a la familia.
También es cierto que antes de casarnos (o unirnos en pareja) éramos simplemente «yo misma», pero ha sucedido algo muy importante en nuestra vida: te haz convertido en madre y eso ha cambiado la concepción del ser mujer.
Personalmente, no creo que al final del día deba chequear con un tilde si he cumplido bien con mi rol de mujer, esposa y madre. Lo que creo es que soy una mujer unida a un hombre con un proyecto en común que hemos acordado en un momento dado de nuestra relación tener hijos. Y tener hijos nos convierte necesariamente en padres, y esa pasa a ser, a mi modo de ser y sentir, la prioridad de mi vida. Es lo que a mí me nace naturalmente.
No creo que se deba generalizar en esto porque es totalmente normal y respetable que haya diferentes puntos de vista.
Me gustaría que dejaran en los comentarios del post tus opiniones. ¿Pones a tu pareja por delante de tus hijos o son tus hijos tu prioridad número uno? ¿Cómo concebís la relación de pareja al convertirte en padres?