Cuando se da el nacimiento de un niño, los cambios por los que la mamá pasa, son muchos, diversos y comunes en la mayoría de las madres.
Los cambios son tantos que no resulta posible enumerarlos, pero en ningún caso son una sentencia sino un desafío, y como tal, representan una oportunidad para aprender, crecer y ser mejores personas.
Los cambios más profundos
- La mamá descubre una fuerza que la toma de sorpresa; llega incluso a asustarla por el grado de intensidad.
- Se siente como una leona, prepara para cuidar a su “cachorro”, al que protege como sólo una madre fiera y comprometida con su pequeño, puede hacerlo.
- Logra darse cuenta que puede superar todos los límites, hasta aquéllos que jamás se imaginó.
- Se siente cansada y fatigada, pero a la vez demasiado capaz.
- Crece en su interior un amor tan fuerte, poderoso y profundo, que a veces la aterra y la confunde. Este amor la envuelve por completo; pero la hace sentir maravillosa. Se pregunta si podrá querer a otro ser como a su bebé.
- El amor que siente por su hijo sólo podrá vivirlo de nuevo, una vez que nazca de su ser un segundo bebé. Sabe que este amor es muy diferente al experimentado hacia la pareja.
- Con cierto asombro, comprende que amar a un hijo es un privilegio que debe agradecer cada día de su vida. Empieza a percibir y valorar a sus propios papás, como antes no había pasado. Reflexiona y admira la obra de sus padres. Para ella, no es posible que su mamá haya hecho tal o cual cosa, con la cantidad de hijos que tenía y sin siquiera tener los pañales desechables. Así logra crecer su comprensión y gratitud hacia ellos.
- Por primera vez, también entiende que sacrificio no quiere decir sufrimiento, sino: sacro + oficio es igual a: trabajo sagrado.
- Entiende el gran valor del lugar que ocupa en el mundo como mamá, y la labor que hace.
- Aumenta su compasión por todos los niños. Se va haciendo mamá no sólo de sus hijos, sino de todos los niños del mundo. No soportará ver sufrir a un niño en la televisión o en la calle.
Los cambios en la vida cotidiana
- En su casa, su vida o su trabajo, ahora existe un orden distinto: un verdadero desorden. Aceptarlo cuanto antes contribuirá a su propia felicidad y su paz interna. Se tiene que dar por vencida y disfrutarlo.
- Descubre el goce y el valor de los siguientes momentos:
- Una ducha caliente al final del día.
- Una taza de té con una amiga.
- Una película en casa y en pareja.
- Una noche de sueño profundo.
- Se borra del diccionario materno la palabra «asco». Nada que tenga que ver con el cuidado de su hijo es un trabajo asqueroso.
- Aprende a manejar a la perfección el arte de la improvisación. El niño podrá disfrutar de historias fantásticas y tal vez absurdas, pero servirán para mantenerlo entretenido.
Otros cambios importantes
- Su anterior cintura no es la misma de antes.
- Las horas dejan de tener 60 minutos y los días dejan de tener 24 horas. El tiempo ahora parece transcurrir a un nuevo ritmo y tendrá que habituarse. Seguramente empiece a llegar tarde a casi todos sus compromisos.
- De ahora en adelante los momentos que tenga con su pareja, se volverán escasos y cortos. Lo valioso es que ambos aprendan a disfrutarlos y aprovecharlos.
- La mamá aprenderá a hacer una infinidad de cosas a la vez.
- A medida que crecen los hijos, los irá dejando solos porque es parte de la naturaleza. Por lo tanto, les permitirá enfrentar sus pequeños problemas, confiada en haberle dado las herramientas necesarias para que vayan aprendiendo a solucionarlos.