Familias reconstituidas: Adaptarte a la nueva realidad

madre e hija

Si la familia se ha reconstituido, es todo un desafío compartir el amor de la nueva pareja por sus hijos y asumir que te convertirás en una figura materna.

 

Y cuando ambos tienen hijos, se hace más difícil, pues deben aprender todos a convivir en paz. Los celos, las rivalidades y la frustración son comunes, pero se puede tener éxito. Sigue leyendo para saber cómo.

La temida madrastra

El término siempre se asocia a la mala del cuento, pero en la realidad es normal que se asuma ese papel.

Eso sí, se deben dejar a un lado las malas intenciones de las madrastras de las películas, como poner al nuevo cónyuge de su parte, sin velar por el bien de los hijos.

Para asignarle a la madrastra un rol positivo, se debe poner todo el esfuerzo en ser amorosa con ellos y no querer el puesto que corresponde a la madre de los niños.

Por otro lado, esta situación es compleja para los niños, ya que ellos no escogieron a su madrastra. Es más, no escogieron este nuevo matrimonio.

Lo más probable es que estén dolidos por la separación y tengan emociones encontradas, sintiéndose en conflictos de lealtad con su mamá, que por lo demás, difícilmente verá con buenos ojos la aparición de esta nueva mujer.

Consejos prácticos

A continuación te comentaremos lo que no deberías hacer y qué consejos seguir a la hora de llevarse bien con los hijos de tu nuevo amor:

  • No ir demasiado rápido

Algunas mujeres quieren que todo fluya perfectamente desde el mismo principio. Por lo que arman panoramas para los chicos o les compran todo lo que ellos piden, esperando que las quieran de la noche a la mañana.

Pero la verdad es que así no se gana el cariño verdadero, y sólo se fomenta la ingratitud. Después, al no ver los resultados esperados, la frustración es mayor y no se alimenta una buena relación entre madrastra e hijastros.

La realidad es que cuando no se sabe con claridad cómo comportarse, se suele ejercer una presión para crear una relación con los niños, pero lo único que se logra con esto es saltarse etapas, sin darles el tiempo necesario para que ellos acepten a esta nueva figura en su vida.

El peligro es que podrían pensar que las atenciones dispensadas son fingidas y hacer que se distancien más.

Consejos: se necesita tiempo para crear una verdadera relación. La clave está en la sinceridad y la calma; las cosas deben progresar con naturalidad. El papel de la madrastra debe definirse en la familia, según la personalidad de ésta y de los niños, poco a poco.

  • No competir con los niños

Otras mujeres le reprochan a su marido que presta mucha atención a sus hijos, sintiéndose desplazadas y amenazadas por la familia, incluso por la mamá de los pequeños.

Sin embargo, se debe tener claro que al enamorarse de un hombre con hijos, habrá que compartirlo. Es simple, no se puede pretender que esté totalmente disponible para ellas.

Y si el padre no tiene la tutela, entonces esos días que ellos vengan de visita son sagrados para él, y no sería justo intentar quitarle ese tiempo con sus hijos.

Por lo demás, si tiene que estar en contacto con la madre, se le debe dejar, ya que ambos siguen siendo los padres de los niños y ellos los necesitan unidos para decidir ciertas cuestiones importantes.

Consejos: se deben revisar las expectativas e identificar los sentimientos que aparezcan. Si se siente una rivalidad hacia los niños tal vez se esté escondiendo una vivencia infantil que implique carencias afectivas por parte de los propios padres, quienes quizás no estuvieron tan disponibles como se hubiese esperado.

Ante todo, la madrastra no debe adquirir comportamientos infantiles, y si se da cuenta de que hay algún problema emocional asociado, es mejor pedir ayuda a un terapeuta.

  • No victimizarte o perseguirte

En otros casos, la mujer se queja de que los niños la tratan mal, no le hacen caso o siempre están del lado de la madre. O puede que se nieguen a hablarle, y todo esto sin que el padre, aparentemente, haga nada.

Sin embargo, la madrastra debe comprender los sentimientos de los niños, ya que ellos están pasando por una separación, una recomposición familiar y conflictos de lealtad.

Lo que requieren los niños de su madrastra es que ella sea capaz de ponerse en su lugar en vez de estar siempre quejándose por lo que estos hacen o dejan de hacer.

Consejos: debe pensar en lo difícil que es para los niños vivir con una extraña, y no asumir que se trata de una afrenta personal contra ellas. Y si los niños efectivamente se muestran hostiles, no pensar que tienen algo en contra de ésta, sino más bien que están dañados por el divorcio o separación de sus progenitores.

No es contra la nueva mujer que tienen algo, sino más bien contra la idea de no tener a sus papás juntos otra vez.

  • No rivalizar con la madre de los niños

Una última situación común es que la madrastra se lleve mal con la ex esposa, llegando a hablar mal de ella hasta con sus hijos.

Es normal que tengan sus encontrones y que no compartan sus puntos de vista, sobre todo en aspectos de educación o crianza.

Además, aunque la nueva esposa no es la madre de los niños, el instinto maternal a veces aflora inconscientemente. Entonces, puede ocurrir que comience a actuar como la mamá, ganándose la rabia de la madre.

Consejos: ante todo, no se debe hablar mal de la mamá delante de los niños. Siempre se debe mantener un buen diálogo pensando su bienestar.

Cada miembro de la familia debe ocupar su lugar. Los niños necesitan sentirse cómodos en su casa, confirmando que tienen el amor de sus padres y madrastra, aprendiendo a gestionar efectivamente sus conflictos de lealtad.

Es muy entendible que la madrastra sea a quien le cueste encontrar su rol en esta familia recompuesta, pero con paciencia y siguiendo los consejos anteriores, irá ganándose el amor de los niños, y fortaleciendo la relación con su esposo.

La clave consiste en armonizar al máximo la situación, sin privar a nadie de su importante papel en el nuevo núcleo familiar.

En caso de que las dificultades persistan, será muy apropiado buscar ayuda profesional para comprender las razones tras los fracasos. De esta forma, tanto el matrimonio como el desarrollo de los niños no se verán afectados.

 


Te puede interesar:

Sigue estos secretos para ser una buena mamá