¿Sientes a menudo como si la infancia de tu pequeño y el tiempo con ellos pasaran en un santiamén? A veces eso te asusta y nos asusta a todas. El tiempo con tus hijos pasa volando y lo ideal es disfrutarlo.
Los años son muy cortos
Sí, claro que es verdad: mientras estás criando a tus pequeños, los días son largos y las noches eternas. Y, sin embargo, los años son muy cortos. ¡El tiempo con tus hijos pasa volando! Y antes de que te des cuenta, tu bebé se bajará de tu regazo y empezará a caminar solo.
Entonces tu cuerpo ya no es el refugio necesario. Porque tu hijo ya no te necesita. Pero ten la seguridad de que tu corazón siempre será el hogar donde tus hijos puedan encontrar refugio y apoyo. Porque nunca deja de latir por ti y tu suerte.
Los expertos dicen que la percepción del tiempo tiende a cambiar con la edad. Para los niños, una tarde es a veces una verdadera eternidad. Y para un adulto, un año entero puede terminar en un abrir y cerrar de ojos.
¿Por qué es eso?
A menudo se debe a que uno tiene una gran responsabilidad en muchas áreas diferentes de la vida. Y también tiene un alto nivel de estrés en la vida cotidiana. Como resultado, el tiempo en nuestro cerebro a menudo pasa muy rápido.
El tiempo con tus hijos: en el «aquí y ahora»
Hasta ahora tan bueno. Pero durante el tiempo con tus hijos, ocurre un fenómeno extraño y contradictorio: experimentas una de esas fases de tu vida en las que el “aquí y ahora” difícilmente podría ser más notorio, más intenso, más emotivo y más caótico.
Sin duda, los días pueden ser muy largos. Pero por muy complicado que sea a veces todo: esta felicidad también desdibuja la percepción del tiempo de cierta manera.
A veces solo tienes que parpadear una vez, y de repente ves que tu pequeño ya está caminando, sí, corriendo. Ir al baño solo. Y protesta cuando intentas abrazarlo y darle un beso. El tiempo con tus hijos pasa volando.
¡Es como la infancia de su pequeño y el tiempo con sus hijos pasa volando! Y eso a veces puede asustarte o ponerte triste… Si también conoces estos sentimientos, sigue leyendo aquí. ¡Seguro que estas palabras te pueden dar un poco de consuelo!
El tiempo con tus hijos pasa volando
Durante el tiempo que pasaste con tus hijos viviste miedos que solo tú puedes comprender. Por ejemplo, el miedo a no tener suficiente leche para su bebé. O el miedo de que algo pueda lastimarlo sin que te des cuenta. Que de alguna manera lastimaste a tu pequeño cuando duermes en la cama con él.
También el miedo a no ser una buena madre. ¡Porque le han contado mucho sobre las complicaciones de la maternidad y la crianza de los hijos!
Pero ahora, después de días interminables y de noches sin dormir, has reconocido que todos estos miedos también tenían algo bueno: te motivaron a crecer más allá de ti mismo todos los días. ¡Te has enfrentado a tantos desafíos!
