Disfrutando de cuidar a mi bebé en casa

mujer en el pasto

Hay muchos prejuicios sobre ser ama de casa, y es que pareciera que las tareas domésticas no tienen gran valor en comparación con una carrera profesional. No obstante, muchas mujeres deciden quedarse en casa y realizarse como mamás, seguras de su contribución a la sociedad y disfrutando de cuidar a mi bebé en casa.

Dueñas de casa modernas

Ser ama de casa en la actualidad no es lo mismo que era antes. El desafío actual es ser eficiente, criar a los hijos y, en muchos casos, prepararse para volver al trabajo o generar un ingreso económico desde casa.

Por lo general, las mujeres ven esta ocupación como un paréntesis en su vida, el que cambiará dependiendo de la necesidad o el deseo personal.

Hoy, la mayoría de las mujeres tiene una profesión y ha trabajado antes de decidir quedarse en casa para cuidar de su familia. Algunas se dan cuenta que su trabajo no las satisfacía, por lo que deciden cambiar de propósito.

En otros casos, el ser dueña de casa es más bien una imposición, ya que después de un bebé, algunos trabajos no reciben bien a la nueva mamá. Y si se tiene más de un hijo, entonces ser dueña de casa es una opción a considerar.

Enfrentando críticas

Puede ser difícil asumir este nuevo rol porque la sociedad no reconoce el trabajo hecho en casa. De alguna manera se transmite que una mujer que está en casa no es capaz de conciliar todas sus obligaciones.

¿Por qué tanta crítica? La respuesta es paradójica, ya que se insiste mucho más que antes en el papel de una buena mamá, pero no se acepta que la prioridad sea la educación de los hijos.

Quizás se deba a que la emancipación femenina es reciente y que aún persiste la desigualdad salarial, por lo que la mujer se siente amenazada en términos profesionales, con temor a perder el terreno conquistado en el ámbito laboral.

Por otro lado, quienes más ven el rol de ama de casa de modo negativo son las mismas mujeres. Tal vez se trate de envidia o simples prejuicios.

Dueñas de casa satisfechas

A pesar de todo lo anterior, cuando una mujer elige quedarse en la casa y asumir esta responsabilidad, ser dueña de casa permite la realización y la plenitud. Sobre todo si, además, puede dedicarse a algún interés particular que la llene, trabajando desde el hogar en lo que le apasiona.

Es muy importante el sentimiento de satisfacción, ya que si la mamá está satisfecha, sus hijos y su esposo también lo estarán. Así, toda la familia se siente realizada.

Buscando un estatuto

Hoy por hoy no existe un estatuto para la dueña de casa; muchas mujeres procuran tenerlo, ya que podrían optar a una jubilación o pensión, más derecho a la salud y a la capacitación profesional… en otras palabras, una asignación digna que reconozca el trabajo realizado y el valor de estas mujeres en la sociedad.

Aun así, quienes han decidido ser dueñas de casa, se sienten más satisfechas, incluso si llegar a fin de mes es un poco más complejo que antes.

Ven cómo su vida es más feliz, porque dejan de correr todo el día, y pueden priorizar su tiempo para los hijos, sus aficiones y su hogar.

La función social de las dueñas de casa

Para todas aquellas que están pensando en ser dueñas de casa: tengan claro que se trata de un trabajo a tiempo completo, que requiere de mucho compromiso y que puede ser muy “profesional”, ya que se invierten todo los esfuerzos en un proyecto educativo de calidad.

Por tanto, su papel en la sociedad es fundamental. Es más, gracias a la educación impartida por estas mujeres, sus hijos pueden ser miembros más valiosos de la sociedad.

Además de esta función educativa, la función social de las dueñas de casa es vital, ya que adquieren un rol como ciudadanas, actuando con empatía y generosidad para con otras personas, favoreciendo las relaciones humanas.

A este respecto, ser dueñas de casa les deja más tiempo para ejercer de voluntarias en diversas instituciones, o participar en talleres de integración de los menos favorecidos, o quienes no saben leer. Pueden colaborar con los docentes que necesitan apoyo para acompañar a los niños en la piscina o apoyar en la biblioteca en algunos ratos. Son sólo unos cuantos ejemplos de los múltiples servicios que pueden brindar.

Al ser parte de estas asociaciones, las dueñas de casa asumen grandes responsabilidades, aumentando en experiencia y conocimiento. Por lo que no tienen por qué avergonzarse de su elección.


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