Las discusiones en las relaciones de pareja son muy comunes, pero cuando formas una familia, debes pensar en las consecuencias de discutir delante de los niños. Cuando las discusiones se vuelven frecuentes en la pareja, estas llegan a causar trastornos emocionales en los pequeños, provocándoles problemas de autoestima y ansiedad.
Asimismo, este tipo de discusiones pueden afectar al niño de forma sociológica, ya que en la mayoría de los casos, ellos adoptan los comportamientos agresivos que perciben en el entorno familiar, produciéndoles además un sentimiento de inseguridad y volviéndolos individualistas, introvertidos, resentidos o depresivos. Los conflictos dentro del hogar suelen dejar huellas permanentes en su subconsciente y los afectan de por vida.
Sin embargo, es bastante usual que existan discusiones de parejas, aun cuando los padres se vuelven lo suficiente cuidadosos para evitarlas delante de los niños, alguna vez todos hemos enfrentado esta situación, lo recomendable es hablar con los hijos y explicarles de forma razonable y sutil por qué ocurrieron las cosas, ellos entenderán.
Es importante que el niño no dude del afecto recíproco de sus padres y del que sus padres tienen hacia él. A los hijos se les debe enseñar que los problemas se resuelven con inteligencia y no con violencia.
Lo más apropiado en estos casos es buscar un lugar donde puedan aclarar las diferencias, tratando de hablar de forma pausada y buscando siempre una solución. Si ambos están alterados, lo mejor es retirarse, calmarse y posteriormente intentar resolver el conflicto, pensando antes que nada en el bienestar y estabilidad de los hijos y el hogar.
