La alergia alimentaria es la reacción del mecanismo inmunológico a ciertos alimentos, este problema afecta a niños y adultos, con síntomas digestivos, respiratorios y cutáneos. En este caso, hablaremos de la alergia a la proteína de leche de vaca y su tratamiento.
Para esta enfermedad consiste en medidas dietéticas, que incluyen la suspensión de esta proteína de la alimentación del bebé, incluida la madre si es que su hijo se alimenta con leche materna, además, es común el uso de ciertos medicamentos para controlar el dolor abdominal, reflujo y acidez. Al respecto, el gastroenterólogo infantil de la Clínica Alemana; Francisco Alliende, nos proporciona importante información.
Proteína de la Leche de Vaca (APLV)
Para muchos suena como algo aterrador, si bien tiene sus complicaciones, es posible sobrellevarla desde que el bebé es pequeño. Se trata de una hipersensibilidad a la proteína de la leche (alfa y beta lactoalbúmina), causada por mecanismos inmunológicos, ya que el organismo no las reconoce como propias, las rechaza causando dolor en el lactante.
Aunque esta enfermedad afecta de diferente forma a los bebés, es posible identificarla con la presencia de los siguientes síntomas:
- Reflujo Gastroesofágico, en especial en aquellos menores que lo padecen y responden mal a su tratamiento.
- Deposiciones verdes con mucosidad y/o sangre.
- Irritabilidad y llanto excesivo.
- Tendencia a la dermatitis del pañal.
- Cólicos.
- Arqueo de la espalda durante la lactancia.
- Vómito.
- En ciertos casos, es posible apreciar erupciones o eczema cutáneo.
Según explica el Dr. Francisco Alliende, gastroenterólogo infantil de Clínica Alemana, en lactantes alimentados con leche materna, la madre del bebé afectado deberá seguir un régimen sin proteína de la leche de vaca. Esto incluye dejar de consumir aquellos alimentos procedentes de lácteos o sus derivados, tales como pan, quesos, crema, leche, mantequilla, yogurt, etcétera.
En algunos casos se puede tomar la determinación de prohibir además, la ingesta de otros alimentos como la soya, huevo, pescados y frutos secos. Dichas medidas deben durar por lo menos 6 meses.
Siguiendo el tratamiento adecuado, la mayoría de los casos mejora a los 12 meses de vida del bebé. Por el contrario, la APLV no tratada, puede afectar la nutrición y calidad de vida del bebé seriamente.