Los beneficios de esta sustancia van más allá de la pura alimentación, su composición contempla importantes propiedades tanto para la madre como para el hijo, además del apego y el vínculo que esta crea entre ambas partes, mismo, que ayuda al bebé en su desarrollo cerebral, emocional y óptimo crecimiento.
Al respecto, la psicóloga Lilian Maettig Robles, pediatra de Clínica Avansalud, explica que es recomendable mantener la lactancia como única forma de alimentación hasta por lo menos los 6 meses de edad cuando no existan complicaciones externas.
“Luego de ese periodo se recomienda continuar con la leche materna hasta el año de edad si la madre puede, siempre que la alimentación complementaria sea adecuada en término de macro y de micronutrientes. Sólo en países muy pobres se puede continuar más allá del año, lo que no corresponde a la realidad chilena”, señala.
Es importante saber que la leche materna constituye un alimento único e insustituible, ya que ninguna fórmula láctea la supera en cuanto a calidad, consistencia, temperatura, composición y equilibrio de sus nutrientes. “Tiene la particularidad de cambiar su composición adaptarse a los requerimientos del niño a medida que éste crece y se desarrolla”.
Dados los beneficios de la lactancia, su carencia o suspensión brusca durante los primeros meses de vida impide disfrutar de sus beneficios al binomio madre-hijo, con los riesgos consiguientes:
- Puede generar más infecciones en el niño y mayor riesgo de depresión post parto.
- Además, está comprobado que la alimentación artificial precoz constituye un factor importante de malnutrición desde la infancia hasta etapas posteriores de la vida.
- Causa enfermedades crónicas no transmisibles, tales como: hipertensión arterial y la diabetes, patologías que cada vez se están viendo en etapas más precoces del ciclo de vida.
Algunos de los beneficios de la leche materna son:
- Permite una maduración del sistema digestivo del niño, preparándolo para recibir futuros alimentos.
- Los niños amamantados tienen menor riesgo de enfermar de diarreas, cuadros respiratorios, meningitis, septicemia, infección urinaria.
- Produce un ahorro importante a las familias, ya que los niños amamantados tienen menor incidencia de caries dentales, su paladar y arcos dentales se desarrollan mejor.
- Los niños que reciben adecuada lactancia materna son activos, presentan mejor desarrollo psicomotor, una mayor capacidad de aprendizaje y menos trastornos de lenguaje que los niños alimentados con mamadera.
- El niño que se alimenta adecuadamente al pecho, satisface sus necesidades básicas de calor, amor y nutrientes para su organismo.
- El bienestar y agrado que esto le produce hacen que se sienta querido y protegido, respondiendo con una actitud alegre, segura y satisfecha, características de un patrón afectivo-emocional equilibrado y armónico.