Luchando contra la obstrucción mamaria

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Al principio de la lactancia, o en intervalos sin amamantar, puede ocurrir que surja una obstrucción mamaria, fenómeno normal marcado por una inflamación de los pechos que comprime el conducto por el que la leche sale.

Los pechos pueden hincharse, ponerse duros o retraerse el pezón. Puedes sentir que tus senos pesan de leche, pero sin que ésta fluya.

Causas

Por lo general, entre el día 2 y 4 tras el parto, se genera una obstrucción en el pecho, en el momento en que ocurre la transición del calostro a la leche.

La principal causa de este fenómeno es la acumulación de suero sanguíneo, el que rodea las células de la glándula mamaria al bajar la leche, produciendo un edema que rodea a ésta, sin que haya un exceso de leche. Como la areola se estira tanto por la hinchazón, el bebé es incapaz de succionar.

Prevención

Cuando el bebé aprende a succionar correctamente la leche, de manera regular, la bajada de la leche no tiene contratiempos. Por lo tanto, una forma de prevenir la obstrucción es lograr que el pequeño pueda alimentarse bien de ambos pechos, lo más seguido posible. Si no mama lo suficiente, puedes sacártela tú a los horarios correspondientes.

Además, es importante que al amamantar estés relajada y en paz. Si sufres de una obstrucción, elije usar sujetadores de lactancia, que no te aprieten el área, lo que evitará problemas de circulación y una mala distribución de leche en la glándula mamaria.

Tratamiento

La alternativa idónea es estimular el pecho, es decir, amamantar. No debes disminuir ni evitar dar pecho a tu bebé, sino incitarlo a hacerlo frecuentemente. Una forma de ayudar al bebé a succionar es acostar al bebé boca arriba y ponerte sobre él en 4 patas, posición conocida como “la loba romana».

La lactancia permite que el pecho active su flujo y el sistema fluya. Si quieres relajar el pecho antes dar leche, aplica calor en éste con una compresa tibia. Así acelerarás la circulación de la sangre y desbloquearás el seno. Otra manera de desobstruirlo es darte un masaje. Y, entre toma y toma, puedes utilizar compresas frías para que el dolor remita.

La obstrucción mamaria, aunque dolorosa, mejora en poco tiempo, luego de 24–48 horas. Es aconsejable reposar mientras te encuentres así. Con el tiempo, la producción de leche se amoldará completamente a la demanda de tu hijo.

Ahora, si sigues con este problema después de unos días, acude a un profesional de la salud para que trate tu obstrucción adecuadamente previniendo una infección más grave: la temida mastitis.


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