La leche materna es la forma de alimentación que contribuye con mayor efectividad al desarrollo físico y mental del bebé, proporcionándole una nutrición óptima. Además los protege de enfermedades y estrecha el vínculo con la madre.
¿Es la leche materna la mejor para el bebé?
Sin duda la leche materna es el mejor alimento que la madre puede darle a su hijo recién nacido, entregándole una nutrición óptima, un mejor desarrollo intelectual, acelera la maduración de sus órganos, estrecha el vínculo de apego madre e hijo y reduce el riesgo de contraer enfermedades infecciosa.
Durante los nueve meses que ha durado tu embarazo el bebé se ha alimentado a través del cordón umbilical. Cuando llega el momento de su nacimiento, el niño sigue dependiendo exclusivamente de ti, es por eso que lo primero que debes hacer es alimentarlo con leche materna, ya que aquella que producen tus senos contiene vitaminas, minerales, enzimas digestivas, proteínas, carbohidratos y grasas, todo lo que el recién nacido necesita.
“La leche materna protege activamente contra las enfermedades, pues es inmunomoduladoras, es decir, no sólo transfiere una protección contra infecciones y alergias especificas, sino que estimula el desarrollo del propio sistema inmune del lactante. Contiene, además, muchos componentes antiinflamatorios y antiinfeciosos que los protege de las enfermedades” señala Claudia Álvarez, enfermera y especialista en temas de lactancia.
Beneficios de la leche materna para la madre
La leche materna no sólo es buena para el bebé, sino que también es beneficiosa para la madre.
“La lactancia es muy provechosa para el organismo de la madre, puesto que ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mamas y ovarios, previene el maltrato infantil, disminuye el riesgo de depresión post parto, ayuda a la retracción uterina y a la recuperación del peso inicial de la madre”, explica la enfermera Claudia Álvarez.
La madre durante la lactancia requiere de energía para cubrir el contenido energético de la leche materna, más la energía que requiere el organismo para producirla. Es por esto que debe preocuparse de adquirir los nutrientes necesarios para transmitírselos a su bebé.
Hay mujeres que creen que el pecho se debe vaciar, sin embargo un buen acoplamiento del bebé y la succión que este realiza, provoca una producción constante de leche en la madre, por lo que si existe una buena técnica de alimentación el bebé logra extraer todo lo que necesita. Esto no significa que el pecho queda vacío al terminar el amamantamiento, hay que tener en cuenta que constantemente se produce leche dentro de la glándula mamaria estimulada por la succión del bebé.
Durante los primeros días de lactancia esta actividad puede ocasionar dolor, pudiendo producirse grietas en los pezones “lo único que ayuda a evitar las grietas y los dolores de los pechos es practicar desde un inicio una buena técnica de amamantamiento. Esto significa que el bebé debe abrir muy bien la boca al minuto de acoplarse al pecho, además de una correcta posición de la madre y el niño”, añadió la especialista.