El amamantamiento cumple un rol fundamental en la recuperación de la madre, y es la mejor alimentación para el recién nacido. Pero el malestar en los pechos puede dificultar esta etapa tan importante para ambos. Blanca Ossa, enfermera matrona explica sobre cómo prevenir las grietas en los pezones.
Durante las primeras semanas después del parto, el dolor y grietas en los pezones son los principales problemas relacionados con la lactancia. Saber cómo prevenir y tratar estas dolencias resulta esencial para continuar de manera adecuada con la nutrición del pequeño.
«La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que el amamantamiento se utilice como método exclusivo de alimentación durante los seis primeros meses de vida del bebé como mínimo, y luego continuar dando pecho con alimentación complementaria hasta pasados los 2 años de edad», dice Blanca Ossa.
Sin embargo, esto no siempre se cumple. Incluso algunas mamás optan por abandonar en determinados períodos la lactancia, debido a varios factores sociales y económicos, pero también a las grietas en los pezones y al dolor en los pechos.
Según los resultados de un estudio llamado “El manejo del dolor del pezón y/o las lesiones asociadas a la lactancia materna”, publicado por BestPractice, la identificación de los factores que provocan la molestia en los pechos y el manejo de estas causas con tratamientos locales adecuados, tendría un buen resultado y lograría que la lactancia se desarrollara de manera continua.
Cómo prevenir las grietas en los pezones
Este estudio señala que lo ideal es comenzar con los cuidados antes que se produzcan las primeras molestias, y así preparar el pezón para toda la actividad a la que se verá enfrentado con la llegada del bebé. Para esto, es recomendable que se haga lo siguiente:
- Aplicar compresas de agua tibia si está muy congestionado o duro.
- Mantener los pezones y mamas limpios y secos siempre.
- Si hay posibilidades, exponer 1 minuto diariamente el pezón al sol.
- Lo más importante es lograr un correcto agarre del niño al pecho, es decir, evitar que se tome sólo de la punta del pezón y lograr que gran parte de la areola quede dentro de su boca.
- Evitar tirones al retirar al niño del pecho, para esto se introduce un dedo en su boca, o bien se le baja el mentón, hasta desarmar el vacío que hay dentro de la boca. Entonces recién ahí se retira.
- Aplicar leche materna en pezón y areola luego de alimentar a su hijo.
En caso de que desarrolles grietas, es recomendable que consultes con una especialista en lactancia para que juntas revisen qué parte de la técnica se debe mejorar y así evitar futuras lesiones.
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