Si el bebé no puede ser amamantado en una posición cómoda, puede ponerse de mal humor, sobre todo cuando tiene hambre. Uno de los eventos más significativos para una mamá y su bebé, es amamantar y ser amamantado, el vínculo afectivo se intensifica, en este acto no se necesitan palabras.
Amamantar, es totalmente distinto a dar mamadera, ya que, si bien el bebé se alimenta, nunca será con la misma afectividad y amor que cuando la mamá lo hace desde su pecho. Mientras que amamantar a un bebé es un acto natural, dar leche a un bebé en mamadera no lo es, aunque contenga leche materna en su interior, el calor, la piel, el tacto que se produce entre mamá e hijo no tienen comparación.
Lo que una mamá debe tener presente
Lo primero que se recomienda, a la mamá, es que ella busque la manera de acomodarse lo mejor posible, para evitar una mala postura.
Los cojines, son los mejores aliados a la hora de amamantar en la cama, la idea es que la columna no se fuerce mucho.
Si el bebé logra succionar bien, naturalmente provoca en el cuerpo de la mamá una mayor producción de leche materna. Por ello, la mamá debe darle pecho al bebé desde un principio, así el ciclo de la maternidad cumple en plenitud su función.
Si el bebé no puede ser amamantado en una posición cómoda, puede ponerse de mal humor, sobre todo cuando tiene hambre.
Mientras son amamantados, generalmente dan indicios de sus primeros dientes, por lo que es aconsejable no desesperarlos, ya que pueden morder el pezón de su mamá.
La espalda y el cuello deben tener una buena postura, puesto que el bebé se tomará su tiempo para alimentarse.
Si la mamá decide amamantar a su bebé sentada, lo aconsejable es que sea un sitio blando, donde pueda a la vez mantener su columna recta.
Se recomienda que cada 15 minutos, las mamás masajeen suavemente en forma circular la espalda del bebé, para que poco a poco elimine los gases.
Para las mamás que lo deseen, sobre todo para las de senos grandes, hay sostenes especiales para amamantar, son de gran ayuda si se elige el indicado. Lo ideal es que sea la talla justa, ni muy grande y menos que corte la circulación, debe comenzar a sujetar desde el tórax, así el peso es repartido.
La higiene cumple un papel importante, la mamá debe ducharse al menos una vez al día, para estar en condiciones optimas para amamantar a su pequeño.
También es de gran utilidad para las mamás que si la ducha es con agua caliente, al final sea por unos segundos con agua fría, eso ayudará a tonificar los senos. Además, de esta manera también se evitan infecciones en caso de que los pezones tengan algunas grietas o heridas que se puedan infectar.
De igual manera, la mamá debe cambiarse sostenes diariamente, o si el caso lo amerita, varias veces, ya que muchas sufren pérdidas de leche importante durante el día.
La técnica
Después que la mamá consigue una buena posición para ella y su bebé, es útil incentivar al bebé acercando el pezón y pasarlo por su boca.
Si el bebé, tiene mucha hambre y se desespera, es bueno que la mamá apriete suavemente el pezón para extraer unas gotas de leche.
Cuando el bebé pueda sentir el aroma y el sabor de la leche de su mamá, se calmará un poco y comenzará a succionar.
Para que no ocurra esto, se recomienda alimentar al bebé periódicamente, cada bebé, tiene sus horarios, la mamá debe descubrirlos y anticiparse a que este malhumorado por tener hambre.
El bebé debe ser sujetado firmemente, y es tan importante como lo es para el cuerpo de la mamá que pueda estar cómodo también.
La mamá, debe cuidar que el bebé tenga en una buena posición de la espalda, el cuello y la cabeza, así el bebé se esforzará menos.
La mamá debe, si es necesario, sujetar con una mano, su pecho para facilitarle la tarea a su bebé, la idea es que ni el bebé aplaste el pecho, ni el pecho al bebé.
La mamá debe evitar poner sus dedos en el pezón en forma de tijeras, ya que, solo entorpecerá y desesperará a su pequeño.
Una correcta posición, también consiste en permitirle al bebé poder respirar bien, ya que, muchos al desesperarse se pegan mucho al pecho.
La mamá siempre debe mantener a una temperatura agradable a su bebé, no debe sudar por exceso de ropa o calefacción, ni tampoco pasar frío.