La piel por lo general es muy sensible y puede sufrir daños fácilmente, ahora imaginen que tan frágil y delicada es la piel del bebé, por eso debemos tener mayor cuidado para protegerla de agentes externos y ambientales.
En virtud de ello y a diferencia de lo que muchos padres creemos, la piel del bebe debe ser hidratada siempre. Debe hacerse periódicamente, incluso varias veces al día. Por lo mismo, se aconseja aplicar en bebés cremas humectantes e hidratantes desde su nacimiento, y no restringir su uso, basándonos en las recomendaciones médicas.
Cómo cuidar la piel del bebé
Te damos algunas recomendaciones para el cuidado diario de la piel del bebé y así procurar una buena humectación desde los primeros meses de vida:
- Los baños de los pequeños deben ser diarios, pero breves. Debemos limpiar bien sus genitales y zonas de mayor exposición, enjuagar y secar, sin extendernos demasiado, ya que al dejar al bebé mayor tiempo en el agua, podemos afectar su piel.
- No exponer al bebé a productos irritantes (colonias, perfumes y jabones muy fuertes). Estos pueden irritar la piel del bebé o causar resequedad.
- Usar agua tibia.
- Cuando abrigamos demasiado a los bebés, les provocamos transpiración contante.
- Utilizar telas de algodón.
- A la hora del baño utiliza gel de ducha hidratante, calmante y protector que limpie la piel de tu bebé sin agredirla.
- Lo pliegues del cuerpo del bebé y la barbilla requieren mayor hidratación, esas áreas acumulan suciedad y se irritan fácilmente.
- Adquirir lociones hidratantes hipoalergénicas que sean diseñadas para recién nacidos.
- En la zona del pañal, es recomendable utilizar agua o toallitas especiales para piel delicada.
- Es recomendable evitar sustancias sintéticas (espumosas), lo propicio es lavarle con un jabón que tenga un pH de 4 a 4’5.
La piel de los bebés por lo general está más hidratada que la nuestra, y algunos pediatras recomiendan no utilizar cremas o geles diariamente, recordemos además, que muchos recién nacidos nacen con una recubierta de vérnix caseosa, que protege la piel por su gran contenido de agua y grasa.