Los cuidados que debes tener en el baño del bebé

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La hora del baño de tu pequeño es la ideal para revisar y limpiar las diferentes zonas del cuerpo que requieren especial cuidado: las nalgas, el área genital y el cuero cabelludo.

Las nalgas

Limpia su trasero con una toallita humedecida o un algodón mojado en agua tibia y jabón líquido suave, luego sécalo inmediatamente. Ante una irritación, aplica una pomada cicatrizante, siempre bajo la indicación previa de un médico.

Algunos bebés sufren de dermatitis amoniacal o de Jacquet, la cual aparece por el efecto de la orina, las deposiciones o la flora bacteriana. Aunque tomes muchas precauciones puede surgir igual, por lo que debes evitar en ese caso cualquier producto causante de alergias y utilizar pañales de algodón hidrófilo. Si de las heridas sale pus, consulta con el médico.

Los órganos genitales

Se trata de zonas especialmente delicadas, ya que son vulnerables a irritaciones.

En niñitas, debes prestar atención a la vulva, la cual debes enjabonar y aclarar limpiando de adelante hacia atrás, pliegue por pliegue.

En niñitos, desplaza con mucho cuidado el prepucio hacia atrás, limpia y vuelve a llevar la piel hacia adelante con delicadeza. Si te resulta complicado, no fuerces el área, de todos modos el bebé estará limpio sin retirar la piel del glande. En caso de enrojecimiento, calor o hinchazón inusuales, acude al médico para evaluar si se ha inflamado.

El cuero cabelludo

En ocasiones se forman costras lácteas por un exceso de sebo; para evitarlo pasa tu mano empapada en jabón líquido suave por la cabecita de tu hijo y enjuaga con abundante agua cada día. No tengas miedo de manipular las fontanelas, ya que son resistentes y flexibles. Más adelante puedes usar un champú suave para bebés un par de veces por semana.

Si notas que aparecen costras, aplica vaselina o aceite de almendras en la cabeza del bebé por la noche y aclara al otro día; esto ayudará a que se desprendan. Y si quieres que el chiquito esté perfumado, puedes echarle unas gotitas de colonia para bebé en su cabeza.

La cara

Limpia el rostro de tu hijo con un algodón empapado en agua, la cual debe ser hervida y luego enfriada. Asegúrate de limpiar bien cada pliegue de su cuello y detrás de las orejas, buscando signos de lesiones o costras. Si encuentras alguna, aplica un antiséptico para cicatrizarlas. Seca la piel suavemente.

Como la piel del bebé es tan sensible, debes mantenerla siempre limpia e hidratada, previniendo irritaciones o infecciones. Sin embargo, a veces puede surgir algún tipo de afección, como las siguientes:

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